El Sárdoma de fútbol femenino, el equipo de las remontadas

LA VOZ VIGO

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M.Moralejo

Las de David Ferreiro ganaron 4-5 en su visita al Umia tras ir perdiendo 2-0 y 4-2 en un partido loco

21 sep 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Con el 2-0 al cuarto de hora, David Ferreiro asegura que no daba por perdido en absoluto el partido de su equipo, el Sárdoma de Primera Nacional de fútbol femenino, en el campo del Umia. Sin embargo, admite que con el 4-2 a falta de 40 minutos, ya lo vio más complicado. Pero sin renunciar a puntuar. ¿El resultado final? 4-5 para las viguesas.

La explicación a que se vieran nueve goles en el partido la encuentra Ferreiro en las dimensiones del campo. «Es muy pequeño, un futbolín. Así es más fácil hacer ocasiones o que te las hagan, porque con un balón directo o incluso una falta, te pueden poner una pelota en tu área», señala. En su caso, entraron «muy mal al partido» y las locales se aprovecharon, aunque el técnico tiene la sensación de que esos dos primeros goles fueron más mérito de rival que demérito de su equipo.

Con ese 2-0, Ferreiro mantuvo la fe, cuenta. «Sabíamos que si estábamos bien y controlábamos el partido, podíamos remontar. Y así fue. Metió Noelia dos goles rápidos y empatamos. Ahí hicimos lo más difícil», señala. O eso pensó en ese momento, porque había más. Antes del descanso encajaron el tercer y, en el inicio del segundo tiempo, el cuarto.

Y a Ferreiro se le venía a la cabeza un duelo de la temporada anterior. «El año pasado, en Oceja, nos fuimos al descanso 3-0 y quedamos 3-3. Somos un equipo que cuando las cosas se ponen mal, no se rinde y es capaz de solventar situaciones difíciles. Somos un equipo de remontadas», recalca. Era el momento de volver a demostrarlo, y lo hicieron.

Reconoce que cuando quedaba media hora, empezó a verlo complicado. «Te ves dos goles por debajo a falta de 30 minutos y empiezas a ver que se te puede escapar. Lógicamente, la situación era jodida, pero siempre tuve fe», reitera. El 4-3, de Ainhoa Galarza, llegó en una falta lateral y, un minuto después, fruto de una buena jugada colectiva «Irene mete el pie y hace el 4-4».

Ahí ya pensó el entrenador que «no se podía escapar». «Fue un partido loco en el que perdimos el control muchas veces y había que ir a por el quinto», dice. No fue tan rápido como los otros, pero llegó en el 79 y fue el segundo en la cuenta personal de Irene Fernández. Lo celebraron como se merece, como toda una gesta.

Ferreiro explica que esa fortaleza mental de la que hacen gala es un aspecto que trabajan «mucho». «Es importante que nos demos cuenta de que podemos y medirnos de tú a tú a cualquier rival. Incidimos mucho en que confíen en el modelo de juego y en lo que entrenamos y, aunque haya alguna acción que no sea del rodo correcto, no se vengan abajo». El sábado tuvieron premio a no dejar de intentarlo.