Valença y Viana concitan el interés de familias que ansían una segunda residencia y trabajadores de frontera
31 ago 2021 . Actualizado a las 01:25 h.El norte de Portugal, la franja más próxima a la frontera, crece como territorio de búsqueda de chalés y terrenos por parte de vigueses y habitantes del resto del área metropolitana que, tras el confinamiento, tratan de encontrar una propiedad sobre la que proyectarse. Valença, Viana, Cerveira y Monçao forman el territorio de pesquisa más frecuente.
«Es algo cíclico, pero ha aumentado ahora a causa de la pandemia», considera Orlando Oliveira, responsable de la agencia Remax en Valença. Coloca a los vigueses en cabeza como los más interesados en encontrar vivienda, aunque abre el arco de los potenciales compradores hasta casi Pontevedra. «Un primer tipo de comprador busca una segunda residencia económica, que le salga a un precio inferior al de las zonas de playa gallegas y que les dé el espacio que no tienen en sus casas. Se interesan sobre todo por inmuebles a rehabilitar», traza Oliveira. Un segundo tipo de buscador lo atribuye a vigueses y otros gallegos con cierto capital que pretende realizar una inversión de futuro. Un tercer grupo lo dibuja con compradores que trabajan al otro lado de la frontera, en Tui, O Porriño o Salvaterra, que por cercanía no les importa vivir a uno u otro lado del Miño. Y un cuarto colectivo lo identifica como «los que quieren salir de Galicia, por lo que sea, y prefieren Portugal. Artistas la mayoría», sugiere.
«Aquí en dos días se cierra una compra, la documentación, Hacienda y escrituras», asegura el experto inmobiliario, que ve algo más cara la vivienda en Galicia, «aunque las de primera calidad aquí no son tampoco baratas».
De las veinte propiedades que ha vendido en los cuatro últimos meses la agente inmobiliaria Zulema Gómez, siete han ido a parar a manos de españoles. Natural de Valencia y afincada profesionalmente en Valença, abre el círculo de interés respecto a las viviendas de la raia a toda España. «Hay mucha gente de Cataluña sobre todo, pero también de País Vasco, otras comunidades y muchos de Vigo que buscan casa aquí para dejar a atrás el clima de crispación política y social que dicen viven en España», afirma. Añade que todos ensalzan la tranquilidad de Portugal y su nivel de vida más económico, pudiéndose además beneficiar de la compra de productos más baratos en el lado gallego de la frontera, como el combustible. Y lo que asegura es imbatible son los costes menores que lleva aparejada la compra de una vivienda en Portugal. «Aquí se paga un tercio de lo que cuestan en Galicia unas escrituras, el impuesto de transmisiones es una décima parte y el notario te sale en unos 300 o 350 euros». Está segura de que ese nivel de costes acaba por decidir a muchas personas para comprar en el país vecino. «Hay unos edificios nuevos en Valença en el que el 80 % de sus residentes son gallegos», señala, apuntando a personas que trabajan cerca de la frontera, poco más allá de Tui, o que forman parte de la dirección de firmas gallegas y españolas con naves, fábricas o agencias en Portugal.
A Viana do Castelo no llega ya ese mismo perfil de comprador, pero arriban vigueses también. «Vienen buscando casas en el campo. Están aumentando», dice la agente de Mediaçao Inmobiliaria Bianca Campo, que destaca la simplificación de trámites de Portugal en las compraventas de propiedades.
«Sí que está creciendo la frecuencia con la que llega gente de Vigo y resto de Galicia buscando vivienda, pero muchos no acaban de concretar la compra», señala también desde Viana Bruno Torres, de El Inmobiliaria. «Prefieren viviendas independientes o apartamentos en zonas de playa», espacio en el que apunta a un coste de 2.500 euros por metro cuadrado.
Benito Iglesias, presidente de la Federación Galega de Empresas Inmobiliarias añade a la bolsa de compradores los inversionistas gallegos que han hecho de Oporto y su área de influencia un espacio estratégico de alta rentabilidad, centrado sobre todo en la vivienda turística. Un complejo en marcha de 400 apartamentos, una residencia para estudiantes, hotel y centro empresarial lleva en Matosinhos el sello gallego, recalca. «Portugal ofrece además en el rural un beneficioso régimen fiscal para profesionales, pymes y pensionistas, con exenciones fiscales de hasta 10 años», recuerda.
Apunta Iglesias que en el norte de Portugal hay ahora a la venta más de 215 propiedades de más de 2 millones de euros, mientras que en el rural cercano a la frontera del lado gallego lamenta que mucho de los que está en venta son viviendas en ruinas. «Hay que recordar que se han deslocalizado al norte luso más de 500 empresas gallegas», concluye como evidencia de la captación de inversiones y capital que está logrando Portugal.