La calle de los vinos pierde bares y se recicla como residencial

e. v. pita VIGO / LA VOZ

VIGO

Los hosteleros no pueden poner terrazas porque la rúa Real de Vigo está abierta al tráfico. Solo una docena de locales estaba abierto en la noche del viernes, el 60 % del total

29 ago 2021 . Actualizado a las 01:54 h.

La rúa Real es la calle de los vinos de Vigo por excelencia pero la pandemia ha supuesto un duro golpe para la hostelería y los inmuebles de algunos bares cerrados, como el Jarana, han sido reconvertidos en viviendas por su proximidad con la plaza de O Berbés. Antes de la pandemia seguían abiertos 16 pubes o bares, la mayoría solo de jueves a sábado. Actualmente, permanecen cerrados cinco: el Remate (cuyo gerente entregó las llaves al casero), Con Xeito, el Jarana, un café y el Frenopático. También están sin signos de actividad la sede de los constructores, la Apec. Siguen activos clásicos como el Ovo o Fai Bistecs. Otros míticos como A Guinda funcionan como pizzería.

Al declive ha contribuido el hecho de que esta estrecha y serpenteante calle está abierta al tráfico y los hosteleros no pueden colocar terrazas en la vía pública porque entorpecen el paso de los coches. Solo dos locales tienen terraza en sendas plazoletas.

«El ser bares de interior la pandemia nos ha hundido porque no tenemos la ventaja de los grandes aforos que les dan a las terrazas», dice un hostelero que repara su bar. Le gustaría que el Concello de Vigo apostase por la rúa Real, una calle de hostelería «sin buena imagen porque las fachadas están negras y sucias y llenas de garabatos. He estado en Holanda y Portugal y allí da gusto ir por esas calles, aquí parece una feria».

La calle se va reciclando hacia los servicios y el hospedaje del Camino de Santiago. En los primeros números, lindantes con la plaza de la Constitución, hay un hostel para peregrinos, ahora en reformas, y poco más adelante el restaurante Fai Bistes, cuya terraza está repleta a primera hora de la tarde. El siguiente local, La Consentida, solo abre los viernes y sábados de 21.00 a 1.00 horas. Más adelante, se suceden más bares: A Revolta, El Salón, la hamburguesería Johny y el Frenopátiko (cerrado). Ocupan bajos de viviendas habitadas cuyos moradores hacen vida en los balcones.

En el número 16 está la sede de Apec, sin actividad, y la papelería Imprebor. Un cartel municipal advierte que la zona está protegida de ruidos nocturnos. En el siguiente tramo se halla el pub Tipo X, el hostal Real Ruta Jacobea (que ha recibido impulso con el paso de peregrinos de la costa), el bar Mordiscos (abre de miércoles a sábado) y la taberna O Porco. Este último local ha colocado una terraza en la esquina de su plaza.

En el siguiente tramo está el Café del Arrabal, rodeado de varios bajos cerrados. En el número 31 se halla el Registro de la Propiedad de Vigo, que solo tiene actividad por la mañanas. Bajando la calle aparece otro grupo de bares: La Parra, Ovo, Rayos y Centellas (abre de miércoles a sábado), la taberna de Luchi, El Porrón y Pentagrama.

«Lo que tienen que hacer es dejar abrir a los locales de interior, porque aquí no tenemos terraza», se queja un hostelero. Justo en ese momento pasa un coche por la calle y ocupa casi todo el vial. Sigue otro tramo de bajos cerrados y edificios ruinosos. Al pub Con Xeito (cerrado) le sigue La Olívica, abierto, y el Jarana, que la promotora Coperti transformará en vivienda.

En el umbral de la plaza de O Berbés, destacan La Peppa, Remate y un restaurante turístico con una amplia terraza. Al otro lado, se alquila el bajo de la sucursal del antiguo Banco Pastor.

En la rúa Real hay una docena de bajos cerrados y seis edificios en ruinas, (el 12 % de los 50 inmuebles). Los nuevos dueños del edificio del número 8, de cuatro plantas, podrían darle un nuevo destino pero les faltan garajes.

Solo doce bares abiertos en la noche del viernes

Una visita a la rúa Real el viernes a las 22.30 horas reveló la verdadera salud de esta tradicional calle de hostelería. De 20 negocios, había doce abiertos. Se trata del Garatuxa (entrada por la plaza de la Colegiata), Fai Bistés, La Parra, Bumal, taberna O Porco, Mordiscos, Tipo X, El Salón, La Consentida, La Olívica y la taberna de Luchi.

Por contra, otros ocho locales permanecieron cerrados en pleno horario de máxima afluencia de clientes. Dos de ellos, Ovo y Hamburguesería Johny, podía ser porque cerraron antes de las 22.00 horas. El resto tenía la verja echada: Café Arrabal, Frenopatiko, A Revolta, Remate, La Peppa y Pentagrama. Es decir, un 40 % de los locales no estaba abierto el viernes a las 22.30 horas, cuando más público hay entre semana, junto al sábado por la noche.