Fracasa la negociación para desconvocar la huelga de Vitrasa

VIGO

Luis Carlos Llera

Petardos y bocinas en la concentración de protesta de los conductores delante del Concello

07 ago 2021 . Actualizado a las 02:02 h.

Petardos ensordecedores y bocinas han sonado en la concentración que han protagonizado esta mañana unos setenta trabajadores de la empresa concesionaria del transporte urbano, Vitrasa. Los empleados se han manifestado durante una hora a las puertas del Concello con carteles reivindicativos con lemas como.«Alcalde, solución»,«No a la jornadas de diez horas» y otros similares en los que piden descansos para combatir el estrés laboral que sufren muchos conductores y que se traducen en numerosas bajas. Antes de que se iniciase esta segunda jornada de huelga, que coincide con el inicio de O Marisquiño, la empresa llamó al comité para intentar negociar el final del conflicto, pero no hubo un acuerdo y ambas partes han quedado emplazadas para retomar el diálogo en el mes de septiembre.«Querían que desconvocásemos la huelga, pero no presentaron ninguna oferta convincente», señala el presidente del comité, Imanol Arnoso. En la segunda jornada de paros solo están circulando los autobuses en servicios mínimos y se han producido retrasos de veinte minutos en algunas líneas, debido también a las obras del centro, según ha señalado Jesús Prieto, de la CIG.

Paco Pazos, de Comisiones Obreras, ha explicado que el comité quiere cambiar el sistema actual de vacaciones de manera que todos los trabajadores puedan disfrutar en verano de al menos quince días de vacaciones para poder«conciliar con las de la familia». Actualmente van rotando a los largo de todo el año, salvo cuatro meses de invierno.

El comité de empresa acusa a Vitrasa de no querer cumplir el convenio colectivo y tras la reunión mantenida el jueves, «nos dijeron que intentarán incumplirlo menos», relata Manuel Pampillón, de UGT.

El mal tiempo que hace que los vigueses y turistas no se desplacen masivamente a la playa y las restricciones por el covid en O Marisquiño han atenuado los efectos de la huelga, que aún así afecta a miles de viajeros, sobre todo los del extrarradio, que tienen que aguardan hasta una hora esperando el autobús.