La finca de un diógenes limpiada con orden judicial vuelve a estar sucia

alejandro martínez VIGO / LA VOZ

VIGO

cedida

Los denunciantes aseguran que el trabajo se quedó a medias

30 jul 2021 . Actualizado a las 15:11 h.

Solo con una orden judicial el Concello pudo entrar en la propiedad de un sexagenario de Coruxo para retirar una gran cantidad de desperdicios que acumulaba. Esta acción se produjo después de las múltiples denuncias de los vecinos de la vivienda contigua. Los afectados se quejaron de que el trabajo se quedó a medias, que no se retiraron todos los residuos que había. Meses después, vuelven a tener que lidiar con un problema sanitario en el camino de Moláns. El Concello devolvió además al vecino denunciado los perros que le había retirado y que mantenía en mal estado y siempre atados. Los vecinos aseguran que hace unas semanas llevó unas cabras.

Los operarios llegaron a rescatar dos cerdos que vivían entre sus propios excrementos y que tuvieron que ser sacrificados. Temen que si la situación sigue como está, el hombre continuará llevando objetos de deshecho hasta su domicilio y que nuevamente la situación volverá a ser insostenible. Hasta ahora la vida se les ha hecho insoportable por la falta de medidas higiénicas de su vecino.

Los afectados han denunciado la proliferación de olores nauseabundos debido a la acumulación de restos orgánicos. Sus denuncias llegaron al Concello, al Seprona y a la Policía Nacional.

Los principales afectados han intentado incapacitar judicialmente a esta persona. Buscaban su internamiento en algún centro especializado donde pueda ser tratado y llevar una vida digna, pero no pudieron porque según un juez su forma de ser obedece a rasgos de su personalidad.

Por otra parte, pertenece a una familia de toda la vida en el barrio, por lo que hay vecinos que lo apoyan. El hombre lleva más de 20 años habitando una chabola sin luz ni agua corriente en unas condiciones deplorables. Los servicios sociales no estaban al tanto de esta situación hasta que se presentaron las denuncias.

Los vecinos afirman que a veces llega en estado de ebriedad y se pone a gritar. Además denuncian que suele quemar plásticos en un barril, con el consiguiente riesgo de que se produzca un incendio. Reclaman al Ayuntamiento una acción contundente, que lleve a cabo una higienización completa de este lugar y que busque un lugar donde su vecino pueda ser tratado.