La empresa Galaria vuelve a hacer resonancias al dispararse la lista de espera en Vigo

Ángel Paniagua Pérez
Ángel Paniagua VIGO / LA VOZ

VIGO

Una resonancia en Vigo.
Una resonancia en Vigo. CEDIDA

Estas pruebas acabaron el 2020 con demoras de cinco meses; ahora son tres

29 jul 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Durante 23 años, el área sanitaria de Vigo vivió un modelo anómalo, único en Galicia: tenía un servicio de radiología que hacía todo tipo de pruebas y otro servicio de radiología que hacía solo resonancias. El primero era el servicio de los hospitales públicos (Chuvi). El segundo formaba parte de una empresa de capital público pero sometida al derecho privado, llamada primero Medtec y después Galaria. Cuando a un paciente le tenían que hacer una resonancia, se la hacía Galaria dentro de los hospitales públicos y le pasaba la factura al Sergas. Al terminar el año, el número de resonancias que se hacían en Vigo era el doble que en otras áreas como A Coruña o Santiago. Ese modelo quedó liquidado en el verano de hace dos años, unos meses después de que radiólogos de Galaria denunciasen al Sergas -y perdiesen- porque no querían coordinarse con el servicio del Chuvi. La resonancia pasó al hospital. Pero ahora Galaria ha vuelto a hacer resonancias a pacientes de los hospitales de Vigo.

El Sergas le ha derivado pruebas después de que la lista de espera se disparase. Hace meses, los jefes de servicio pidieron soluciones al gerente del área sanitaria. En mayo ya se derivaron pruebas a la empresa pública y ahora se están volviendo a enviar para reducir los tiempos de demora.

Cuando hace dos años la resonancia se transfirió de Galaria al Chuvi, el tiempo de espera medio por una prueba era de 58 días. Después llegó la pandemia. Todos los estudios radiológicos sufrieron grandes retrasos, porque los protocolos de desinfección obligaban a limpiar cada aparato después de cada paciente, además de otras cuestiones que afectan a toda la asistencia sanitaria, como el control de los aforos en las salas de espera. Al terminar el 2020, el tiempo de espera era de 142 días, que son casi cinco meses. Demasiado para una prueba que tiene servir para diagnosticar un problema y que, por lo tanto, no es el final del camino terapéutico, sino casi el principio. Ahí se quejaron los jefes de servicio.

Según los últimos datos, publicados esta semana, el tiempo de espera actual es de 97 días, que son tres meses. En este medio año, la espera ha bajado, gracias a que se han hecho más pruebas, pero también gracias a que algunas se han vuelto a ejecutar en Galaria, que vuelve a cobrar las pruebas a la Consellería de Sanidade. «Tenemos que utilizar todos los medios que tenemos al alcance del área sanitaria», argumenta el gerente, Javier Puente.

El máximo dirigente de la sanidad de Vigo asegura que su servicio de radiología está haciendo tacs y resonancias todos los días de la semana, sábados y domingos incluidos, para contener la lista de espera. El plan de Galaria es un complemento de eso. «Están haciendo pruebas más de rutina, del aparato musculoesquelético», dice Puente. La empresa pública está haciendo algunas pruebas de pacientes que llevaban mucho tiempo esperando. El resto, siguen haciéndolas los radiólogos del hospital. El gerente está satisfecho con los resultados y espera que sigan mejorando.

La calidad técnica de las resonancias de Galaria nunca estuvo en cuestión, sino el modelo. Pero su unidad de diagnóstico por imagen se especializó en esta prueba durante dos décadas. Ahora gestiona la resonancia móvil, el camión que recorre Galicia para dar servicio a los hospitales comarcales, que no cuentan con un aparato de este tipo.

Ecografías a Fátima

Además, en las últimas fechas el Sergas está derivando ecografías al Hospital Vithas Vigo (Nuestra Señora de Fátima). Hay muchos tipos de ecografía, pero es una prueba diagnóstica versátil y que se emplea mucho. Aunque cada tipo tiene un tiempo de espera diferente, en general han crecido en el último año pero han mejorado en el último semestre. La ecografía de tiroides es la que más tarda, con 123 días de media (cuatro meses), mientras que la mejor es la ecocardiografía, con 27 días.