Tarde de cine para usuarios de ayuda a domicilio de Vigo: «No vengo desde que era niño»

a.martínez VIGO / LA VOZ

VIGO

Oscar Vázquez

El Concello emprende una iniciativa para aumentar la calidad de vida de los usuarios del servicio de ayuda en el hogar

28 jul 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Con mucha ilusión y expectación vivieron ayer los usuarios del servicio de ayuda en el hogar la salida al cine organizada por el Concello. Para muchos fue un día muy especial, porque llevaban muchos años, incluso décadas, sin pisar una sala. «La última película que vi en el cine fue Marcelino Pan y Vino», recordaba ayer Begoña, de 54 años, que llegó acompañada por su sobrina y su cuñado. Vive sola con su padre, que está enfermo tras sufrir un ictus. Julia Román no ocultaba su alegría porque iba a pasar una tarde diferente fuera de casa. También hacía muchos años que no se sentaba ante la gran pantalla. «Es una iniciativa maravillosa. Me hace mucha ilusión. Me siento como una niña con zapatos nuevos», decía. Víctor, otro usuario, también reconocía que la última vez que entró en un cine aún era un niño. En cambio, Sandra es una cinéfila que acude con frecuencia. «Yo puedo venir y lo hago bastante a menudo, pero tengo compañeros que no tienen esa posibilidad y les viene muy bien», comentaba.

El grupo de ocho beneficiarios del programa de ayuda domiciliaria disfrutó de una comedia en los cines Gran Vía que les despertó muchas sonrisas, la última película de Santiago Segura, A todo tren. A la salida, les estaba esperando el alcalde, que quiso saludarles tras poner en práctica esta iniciativa novedosa en el Ayuntamiento.

El plan Vente al cine con el Concello lleva ya dos sesiones y se repetirá más veces durante la presente temporada de verano. La idea es hacerlo una vez por semana. Para garantizar la seguridad sanitaria, las salidas se hacen por grupos de no más de diez personas. La administración local se hace cargo del coste de las entradas.

Los beneficiarios de este servicio acudieron por sus propios medios hasta el centro comercial Gran Vía. En la entrada de los minicines les estaban esperando los trabajadores sociales asignados a este programa. «Es una forma de dinamizarles, de sacarles de su rutina y de aumentar su calidad de vida», comentaba la dinamizadora social Claudia Landó. Considera que la actividad también es muy importante desde el punto de vista de la socialización de los usuarios al reunirse, intercambiar opiniones y sentirse parte de un grupo.

El servicio de ayuda en el hogar atiende actualmente a 1.300 personas. El perfil de usuarios es muy variado. Hay gente que vive sola y otros no, pero todos tienen un mismo denominador común: necesitan ayuda en su vida diaria. El Concello también ha incorporado este año un servicio gratuito de peluquería que está siendo muy valorado. También ofrece podología a domicilio y atención psicológica.