Los recientes positivos en varias granjas de visones gallegas han despertado las quejas de los ecologistas, que piden el cierre de estas explotaciones. Pero en Medio Rural aseguran que los positivos son el resultado de los controles a los que se somete al sector y que los informes que manejan hablan de que no existe riesgo de contagio por parte de estos animales. «Es un sector muy controvertido porque tiene grandes detractores, pero los informes dicen que el riesgo de contagio es bajo», asegura Jesús Orejas, jefe del Sanidade Animal de Medio Rural.
-Se ha detectado coronavirus en ocho explotaciones de visones de Galicia. ¿Existe un problema con estas granjas?
-No, los positivos son el resultado de los muestreos que estamos haciendo. Desde septiembre del año pasado tenemos establecido un sistema de vigilancia en las granjas de visones, porque son una especie muy sensible a la infección por covid-19. El protocolo de vigilancia tiene dos vías, una sobre las personas relacionadas con estas explotaciones, y otras sobre los animales, que incluyen medidas de bioseguridad. Ese programa establece una vigilancia pasiva, es decir, que cualquier animal enfermo, el ganadero lo notifique a los servicios veterinarios de la Xunta. Y también una vigilancia activa, muestreando los animales en las granjas cada quince días. Se visitan todas las explotaciones y se toman muestras de los animales que han muerto. A fecha de hoy, la mayoría de las granjas han sido sometidas a entre 10 y 12 muestreos quincenales. Esta es una de las principales vías para detectar las infecciones. La otra viene de la colaboración con Salud Pública y es que esta notifica a Medio Rural todos los trabajadores de estas granjas que han dado positivo en la enfermedad. De ahí han salido también algunas granjas que han dado positivo.
-¿Hay peligro de que los visones contagien a los trabajadores?
-No tenemos documentado ningún caso de que un trabajador se haya infectado de esa forma. Es altamente improbable. Y es que otra vía de vigilancia consiste en un cribado semanal de pruebas PCR a todos los trabajadores y a todo el personal de estas granjas. No hemos tenido ningún caso de contagio por estos animales y ahora es altamente improbable que suceda porque todo el personal del sector peletero está ya vacunado.
-Tampoco hay constancia de que se esté produciendo el contagio entre granjas.
-El sector peletero de países como Holanda o Dinamarca no tiene nada que ver con el gallego. Aquí, todas las granjas están lo suficientemente separadas y no hay evidencia ambiental de que la enfermedad se esté transmitiendo de granja a granja. Y tampoco hay movimiento de animales entre estas explotaciones, como puede suceder en el porcino.
-En la primera explotación se eliminaron todos los animales ¿por qué en las demás no?
-No hay una política de la UE que determine el sacrificio de estos animales. Holanda lo hizo por adelantar una decisión que ya tenía tomada, de eliminar este sector peletero. Y en Dinamarca se eliminaron porque se sospecha que pudo haber una mutación del virus. Pero en el resto de países de la UE la política que se sigue no es la del sacrificio. En el primer caso en Galicia optamos por el sacrificio porque había un problema derivado de la gestión de los purines. Ahora mismo, la salida que tienen esas granjas es la de someterse a un control oficial, inmovilizar a los animales y los productos y subproductos susceptibles de portar el virus y someter la granja a control, que consiste en muestrear los animales hasta que se considera que ya no está circulando el virus. Está demostrado que el virus afecta a los animales y que estos desarrollan inmunidad natural. En todas las explotaciones hacemos encuestas epidemiológicas para saber el origen y contener la infección.
-¿Estudian cerrar estas granjas como piden los ecologistas?
-De momento no. No hay decisión de España y Europa de eliminar esta producción ganadera y, por lo tanto, no lo tenemos previsto.