La pasión que nació en una estantería

antia cuadrado VIGO / LA VOZ

VIGO

XOAN CARLOS GIL

Diego Ibáñez, el campeón gallego de ajedrez de diez años, consiguió el decimocuarto puesto en el campeonato de España luchando hasta el final

06 jul 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Diego Ibáñez vio por primera vez un tablero de ajedrez cuando tenía cinco años. En ese mismo momento empezó su curiosidad por este deporte, que más tarde se convirtió en una gran afición, al entrar como jugador primerizo en el equipo escolar del colegio en el que estudiaba, el Miralba de Vigo. Con apenas siete años empezó a competir. Sus padres disfrutaban viéndole jugar y divertirse practicando la actividad que realmente le gustaba. Jorge Ibáñez, su progenitor, relata ese momento en el que Diego mostró interés por aprender a mover las fichas sobre el tablero: «Un día, fijándose en la estantería de su padrino Oliver, encontró un juego de ajedrez. Ahí empezó su pasión». Ahora, con diez años y una ilusión contagiosa, Diego Ibáñez Cruces luce su primera medalla de oro: campeón gallego.

Cuando empezó a competir, no imaginaba que llegaría a jugar el campeonato de España tan pronto, evento que tuvo lugar en Granada entre el 28 de junio y el pasado domingo 3 de julio. Enfrentarse a 134 participantes de distintas comunidades de España y clasificarse en el decimocuarto puesto es para él todo un logro y para sus allegados todo un orgullo. El temprano jugador de ajedrez volvía a Vigo con una meta cumplida: exprimir al máximo la experiencia y seguir aprendiendo. Ir al campeonato de España es algo que recordará toda la vida y asegura que el hecho de no haber llegado al primer puesto no supone para él una derrota, al contrario, lo considera una forma más de seguir creciendo como jugador.

Diego probó el ajedrez, le gustó y demostró ser de los mejores de Galicia en su categoría. Además, admite que le proporciona cualidades cognitivas que aplica en otros ámbitos de su vida, fuera de este deporte: «Me enseña a ser paciente, a pensar y a tomar decisiones», admite el pequeño.

Su maestro augura un posible ajedrecista a nivel internacional. Roberto Páramos, entrenador de Diego y director del Club de ajedrez Lucena (Vigo), muestra el gran orgullo que es, tanto para él como para el club, tener entre sus 150 jugadores a un portento del ajedrez. Insiste en que, a pesar de su temprana edad, muestra trazos de madurez y responsabilidad propios de un jugador veterano de alta categoría. «Para nosotros, que un niño de diez años sea nuestro faro, el foco de nuestro club, es un orgullo... estamos viviendo cada paso con mucha emoción e ilusión», cuenta el maestro, nombrado siete veces campeón nacional.

Además de ser hábil en este deporte, Diego también es un alumno de excelentes calificaciones en el colegio y un destacado jugador de fútbol en la categoría sub-10, a nivel local. Dedicarse a otras actividades le impide asistir a más de cinco horas diarias de entreno. «Mas horas le saturarían, es muy pequeño aún, no es necesario y no queremos que pierda el interés» admiten los padres del jugador.

Por lo de ahora, el pequeño disfruta de sus recientes logros y sigue entrenando sobre tablero, dejando su esencia en cada una de las partidas que juega. Su reto es mantenerse como el favorito del club Lucena durante esta nueva temporada 2021-2022.

En cuanto a su futuro profesional, no es algo que se esté planteando todavía, aunque tenga las puertas del éxito abiertas. Cuenta con el total apoyo de sus padres y de su entrenador, así como con la oportunidad de disfrutar del deporte que le apasiona en un momento en auge para el ajedrez mundial. Roberto Páramos, en cambio, sí se plantea seguir apostando por el futuro del joven jugador y, quizás, conseguir un buen esponsor y un equipo que le pueda llegar a entrenar, cuando sea más mayor, y le lleve a participar en campeonatos a nivel internacional.

Diego es ahora el vigésimo cuarto campeón gallego de toda la historia del Club Lucena pero su director afirma que no es cómo los demás ganadores y que puede llegar a ser un Gran Maestro si sigue entrenando y esforzándose como hasta ahora.