«Como caiga, te quedas frito»

VIGO

Oscar Vázquez

La demolición del edificio de Areal que se hundió lleva un mes paralizada por problemas con la medianera del inmueble colindante

20 jun 2021 . Actualizado a las 02:04 h.

Una ligera malla textil de color azul delante de los andamios protege la fachada del edificio situado en Areal 34. Se hundió en el mes de febrero y comenzó a demolerse, pero el derribo ya lleva más de un mes paralizado. De los trabajos se encarga la empresa Demoliciones y Desamiantados Galicia. Los sillares de piedra de una fachada noble han sido numerados con pintura rosa fosforito. Pero en los andamios no hay nadie. Por la parte de atrás el panorama es desolador: Cascotes, vigas, azulejos y piedras caídas a los pies de un pista deportiva de césped artificial que ha sido clausurada. «Esto está para derribarlo y lleva así más de dos meses.

Fuentes próximas a la propiedad confirman que el derribo está parado por problemas con la medianera del edificio colindante. Los dos inmuebles, el número 34 y el 32, que hace esquina con la calle República Argentina y acogió en su día al restaurante Reguera, que hoy está situado casi un poco más arriba de la calle, tienen un forjado común. Las vigas se encastran entre los dos edificios y tirar uno puede suponer que el otro se venga abajo. Todavía no hay licencia de Urbanismo para el derribo de este segundo edificio.

«Es un poco peligroso. Como caiga, te quedas frito. La Metalúrgica está igual», dice Ángel Regueiro, un vecino de la zona. Otra viandante, María Sánchez, pasa por delante de la fachada con temor. «Vivo en Rosalía e intento no pasar por aquí porque me da miedo. No es muy fiable», dice mientras pasea a su perro en un día de lluvia desapacible. Cerca del edificio derribado sale una motera con el casco puesto. «Me parece un peligro, o debería estar reconstruido o demolido», asegura mientras que se ajusta el casco para salir pitando de allí. Otro residente en la zona, Rodrigo Megía asegura. «Lo que veo está bastante mal. Lleva dos meses así. Está totalmente horrible y está parado. No parece que haya un avance», señala.

Los vecinos del Areal ya fueron testigos hace pocos años de cómo se venía abajo otro inmueble histórico el que acogía en su bajo a la cervecería Joaquín. Este lugar era punto de reunión de profesionales liberales, abogados y empresarios que tejían alianzas y negocios entre cañas de cerveza.

Toda la manzana es propiedad mayoritaria del empresario constructor Fernando Copa, que también es dueño de otro edificio que lleva décadas sin rematarse en Rosalía de Castro y está situado junto a un colegio.