Los voluntarios de Vodea agilizan la vacunación

alejandro martínez VIGO / LA VOZ

VIGO

Oscar Vázquez

La asociación Vodea controla el acceso al Ifevi para evitar aglomeraciones

31 may 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Son las primeras personas que reciben a los ciudadanos que acuden a vacunarse al Ifevi. Los voluntarios de Vodea controlan las filas y hacen que el proceso de inmunización sea más ágil para que los usuarios pasen en las instalaciones el menor tiempo posible. Los ciudadanos dan por sentado que deben estar ahí, como lo hacen en la mayor parte de los eventos públicos de la ciudad, pero muchos desconocen que no cobran nada por su trabajo.

Lo único que les mueve son las ganas de prestar un servicio altruista a la ciudadanía, sin esperar nada a cambio. En esa tarea también les toca en ocasiones recibir las críticas de algunos ciudadanos que descargan injustamente sobre ellos el enfado que tienen con el funcionamiento del sistema sanitario.

«Mucha gente la paga con nuestros voluntarios. El Sergas pone unas normas, unas horas de vacunación y hay quienes nos protestan. Nosotros estamos para ayudar y para organizar», afirma el responsable de la brigada, Juan Mallo. Es lo que tiene el hecho de estar tan próximos a los ciudadanos.

Oscar Vázquez

No obstante, la inmensa mayoría agradece su trabajo. Los voluntarios de Vodea ordenan las colas de entrada al recinto de vacunación, pero hacen mucho más gracias a la formación que han recibido como, por ejemplo, en materia de primeros auxilios. Hace unos días su ayuda fue indispensable para salvar la vida de una persona a la que le dio un infarto cuando estaba a punto de vacunarse.

El hombre, de unos 50 años, se desplomó mientras daba sus datos y los voluntarios fueron los primeros en atenderle. Le practicaron masajes cardíacos por turnos. Enfermeras y miembros del equipo médico también atendieron al paciente, hasta que fue trasladado en una ambulancia medicalizada. Gracias a la rápida actuación, el varón está vivo para contarlo y, tanto como él como su familia, muy agradecida por la rápida actuación de los voluntarios.

Acceso

Los voluntarios facilitan además el acceso de las personas con problemas de movilidad. Los trasladan en la silla de ruedas hasta el punto de vacunación para que puedan recibir el pinchazo y hasta donde haga falta.

Oscar Vázquez

El voluntario Fran Domínguez relata una anécdota. El acompañante de una persona de 150 kilos en silla de ruedas no podía con él ni tampoco tenía dinero para pagar un taxi de vuelta a casa. Uno de los voluntarios lo llevó hasta la parada del autobús, fuera del recinto ferial, realizando un gran esfuerzo físico. «Ayudamos de todo corazón. La gente nos lo agradece y eso es lo que vale», afirma Fran. «Es precioso poder ayudar sin recibir nada a cambio. Para eso somos voluntarios. Damos sin pedir ninguna contraprestación por ello», afirma. Unas palabras de agradecimiento es su mayor recompensa.

«Corre el bulo de que cobramos, pero es mentira», afirma. Como es natural, el trabajo que realizan cuenta con unos gastos, como las dietas para la comida de los voluntarios o el transporte. Se trata de un dinero que sacan mediante convenios de colaboración con las entidades organizadoras de los eventos en los que participan.

Por ejemplo, con el Ifevi tienen un convenio para las actividades que se desarrollan en los pabellones. La vacunación no estaba prevista en la programación anual. «Es un trabajo que estamos haciendo a mayores, pero lo que nos mueve es el interés de ayudar a los demás», afirma el responsable.

«Tampoco queremos interferir en la labor de los celadores. No quitamos ni nos inmiscuimos en el trabajo de nadie. Seguimos las directrices de un responsable del Sergas y estamos pendientes de las incidencias que puedan surgir», explica Juan Mallo.

Personas de todas las edades que sacrifican su tiempo libre para ayudar a los demás

Los voluntarios de Vodea llevan desde el 7 de abril trabajando en todas las jornadas de vacunación programadas por el Sergas en el instituto ferial. Su trabajo comienza a las ocho de la mañana y se prolonga hasta las diez de la noche. Para cubrir todas las horas de servicio, realizan turnos de seis o siete voluntarios en cada uno de ellos. «Hay compañeros que están todo el día ayudando y realizan una labor encomiable porque son horas y horas las que dedican y kilómetros llevando gente en silla de ruedas», afirma Juan Mallo.

Muchos voluntarios sacan el tiempo de donde pueden para que la cobertura esté asegurada durante el proceso de vacunación. «Vodea ha crecido gracias a la disposición de la gente», explica Juan Mallo. «Al salir de trabajar se van para arriba o gente que está estudiando saca un hueco para ayudar o sacrifican tiempo libre de sus familias o de su ocio», explica el responsable de la agrupación.

Oscar Vázquez

Vodea se prepara para una gran cantidad de eventos programados para la próxima temporada de verano, como travesías a nado, el Marisquiño, carreras populares o la procesión del Cristo de la Victoria, que no se hará, pero hay que organizar los aforos en las misas. Su lista de nuevas incorporaciones siempre está abierta. Invitan a cualquier persona interesada en colaborar a ponerse en contacto en la dirección asociacionvodea@gmail.com o en las redes sociales. Tienen voluntarios de todas las edades, desde los 16 años, con permiso paterno, hasta los 66.