Los vigueses quisieron asaltar el barco que los transportaba de Portugal a Francia, como ya hicieran con el Atlas
06 abr 2021 . Actualizado a las 01:39 h.El 9 de septiembre de 1808 entraba en la ría de Vigo el buque de transporte inglés Jenny procedente de Lisboa. Viajaban en aquel barco 216 soldados franceses «con armas, equipaxes y lo más». Su destino eran los puertos franceses de Rochefort y La Rochelle. Los soldados pertenecían a las tropas del general Jean-Andoche Junot, que había sido derrotadas por los portugueses y británicos en Portugal en el mes de agosto.
Como consecuencia de aquella derrota, se firmó una capitulación a la vieja usanza, permitiendo los vencedores la evacuación de los soldados franceses en barcos británicos. Se les permitió llevar sus equipos e incluso sus propios bienes, y se les trasladó a Rochefort, situada en la zona de Charente Marítimo, en Nueva Aquitania.
El Jenny se descolgó del convoy británico que llevaba a las fuerzas francesas de vuelta a su tierra el 29 de septiembre debido a «los recios vientos del norte, los que le obligaron a arribar a este puerto de Vigo por falta de agua».
Todo esto se estaba produciendo casi cuatro meses antes de que las tropas francesas invadiesen Galicia y entrasen en la villa de Vigo. En aquel momento, ya se había producido el levantamiento de Madrid contra José Bonaparte. Desde finales de mayo de 1808, el Reino de Galicia (una fórmula administrativa incluida en la división territorial de la España de entonces) se había situado contra el gobierno del hermano de Napoleón y, por lo tanto, los soldados franceses eran considerados ya como enemigos.
El Archivo Histórico Nacional guarda la correspondencia entre el comandante militar de la provincia de Tui, Francisco de la Rocque, y la Junta General del Reino de Galicia. Francisco de la Rocque había sustituido a Nicolás Mahy unas semanas antes. Su actitud en aquel incidente fue favorable a considerar como prisioneros a los soldados y, en sus misivas, explicaba a sus superiores el clima de exaltación existente en Vigo contra los franceses. «El populacho está muy inquieto», explicaba De la Rocque, que se vio obligado a paralizar un intento de asalto al barco inglés con el objetivo de apresar a los soldados franceses. Con el fin de evitar cualquier incidente, los buques de guerra Atlas, que había sido arrebatado dos meses antes a los franceses, y el Sabina, se situaron en las inmediaciones del Jenny.
El barco inglés estaba comandado por el capitán Juan Stobre y la tripulación, compuesta por diez marineros. El comandante provincial advertía a la Junta que si el capitán quisiese llevar a los soldados a Inglaterra, no tendría capacidad para hacerlo debido a la gran superioridad de los franceses, que, además, estaban armados.
El conflicto quedó resuelto el 13 de octubre al recibirse en Vigo la orden de la Junta de permitir la salida del buque hacia su destino original. Tres meses más tarde, las tropas francesas entrarían por la puerta de la Gamboa y comenzaría la ocupación de la villa de Vigo.
La correspondencia entre De la Rocque y la Junta General del Reino de Galicia muestra que el militar estaba claramente alineado con los intereses monárquicos de Fernando VII, y no con la nueva dinastía impuesta por Napoleón. Sin embargo, unos meses más tarde, este gobernador fue depuesto por los vigueses durante el motín de finales de enero, que también destituyó al juez-alcalde.