Trabajadores transfronterizos de O Baixo Miño, multados por no tener tarjeta de circulación por Portugal

Monica Torres
Mónica Torres TOMIÑO

VIGO

Efectivos de la Guardia Civil en un control de acceso instalado en el Puente Internacional de Tui (Pontevedra)
Efectivos de la Guardia Civil en un control de acceso instalado en el Puente Internacional de Tui (Pontevedra) Salvador Sas | EFE

«Pedimos que no se aprovechen de la situación. Es para todos un momento extraordinario y obtener ese documento es muy difícil», explica Jenifer López, vecina de O Rosal que trabaja en Cerveira

31 mar 2021 . Actualizado a las 22:45 h.

Los trabajadores transfronterizos, a quienes el cierre de fronteras aboca desde hace semanas a una peregrinación diaria para poder acudir a sus puestos, padecen ahora el exceso de celo de las autoridades policiales lusa. Al menos, una veintena de ellos, residentes en la comarca de O Baixo Miño, han visto cómo los habituales controles de movilidad en la frontera, se han multiplicado en puertas de Semana Santa con exigentes inspecciones sobre los vehículos. Muchos trabajan a diez minutos de casa. Con el cierre del puente de Tomiño han de ir por Tui y, al tener que circular por Portugal deben tener un documento específico difícil de obtener en tiempos de covid. «Lo que pedimos es que no se aprovechen de la situación. A muchos compañeros los han multado por no tener ese papel que ahora es casi imposible conseguir», explica Jenifer López, de O Rosal. Ella ya dispone del documento, aunque reconoce que no le fue fácil obtenerlo porque, si bien antes, bastaba con ir directamente al puesto de la Guarda Nacional Republicana, ahora hay que hacerlo todo por Internet debido a las restricciones sanitarias y de movilidad. «Entre las dificultades del idioma y las de conseguir la documentación que piden, es casi imposible conseguir ese documento. Están poniendo multas de 200 euros por circular de manera irregular», advierte esta trabajadora transfronteriza que, a diario ha de ir a Vila Nova de Cerveira. Antes del cierre de fronteras, lo hacía en diez minutos. «Era solo cruzar el puente de Goián, porque la fábrica está a cuatro kilómetros», explica esta joven. Su horario laboral se ha visto incrementado, porque como mínimo necesita casi una hora más a diario al tener que ir por Tui para dar el rodeo, mientras deja parte de su salario en el gasto a mayores de combustible. Los afectados insisten en que están circulando por Portugal en una situación extraordinaria para todos, por lo que consideran que se debe minimizar el impacto de esta crisis que los trabajadores transfronterizos están sufriendo por partida doble. Recuerdan que este documento no es necesario si vas solo de ocio o compras y que, aunque sea reglamentario, su situación también es extraordinaria porque se trata de una circulación obligada, que ya les cuesta más trabajo y paciencia y que está poniendo a muchas personas contra las cuerdas ya que hasta la conciliación familiar se ha vuelto una odisea.