El impacto ecológico de los todoterreno en los montes

Antón lois AMIGOS DA TERRA VIGO@TIERRA.ORG

VIGO

Ramón Leiro

Además de ser ilegales, generan riesgo de incendio y degradan los suelos

15 mar 2021 . Actualizado a las 18:19 h.

Si solamente en el área de Vigo y O Val Miñor, y solamente en dos jornadas de controles por parte del Seprona y agentes forestales, se tramitaron más de 70 denuncias de todoterrenos circulando por espacios forestales, es evidente que nos encontramos ante un problema generalizado. Quizás es pertinente explicar el impacto ambiental que producen estas actividades recreativas que justifican las quejas de tantas comunidades de montes.

Imagínese que está usted en su casa, disfrutando de su jardín, y le saltan la valla media docena de motos y quads que se dedican a hacer derrapes en su césped. Que un monte no esté cerrado (lo de poner puertas al campo, ya saben) no quiere decir que no sea privado y el 80 % de nuestros montes periurbanos lo son. De gestión mancomunada y uso comunal, pero privados, por lo que solo actividades autorizadas se pueden desenvolver en ellos y estas carreras de todoterrenos no lo son. El matiz de montes en mano común sería irrelevante en este caso pues en los montes públicos tampoco.

Todos los vehículos todoterreno incorporan chapas de protección del cárter, lo que vienen siendo los bajos, que además de proporcionar rigidez al motor sirve de protección y alojamiento al depósito de aceite. Generalmente, son planchas de duraluminio de 6 milímetros de grosor para evitar que las piedras puedan agujerear dicho partes sensibles. Si no tienen esa protección, se producen vertidos de aceite lubricante y, si la tienen, el choque de las piedras levantadas por las ruedas o el rozamiento contra esas chapas produce chispas que se pueden traducir en el inicio de un incendio. Es un riesgo real, si no existiera no tendrían esa protección. Perdemos tanto en un incendio y tenemos tantos que debemos considerar que ningún factor de riesgo es aceptable si es mayor que cero, y mucho menos por simple diversión.

Las zonas elegidas para estas carreras de semitanques suelen ser las más inaccesibles y escarpadas y justamente esas son las zonas más sensibles a la erosión producida por el paso de esas ruedas. Esas rodadas terminan siendo canales para la erosión y pérdida de la capa superficial del suelo, la más fértil y la más importante. Un bosque necesita décadas para generar solamente un centímetro estable de esa capa de nutrientes esenciales. Una moto de montaña, un quad, y no digamos un semitanque 4x4, precisa apenas una pasada para destrozarla, máxime cuando se trata, como es frecuente, de toda una caravana de vehículos.

No olvidemos la contaminación acústica, el riesgo de atropellos para paseantes y senderistas y esas molestias incluyen también a la fauna que busca precisamente esas zonas inaccesibles como zonas de refugio y cría, como sus únicas islas donde pueden evitar ser acosadas especialmente en un momento crucial como la primavera, cuando necesitan tranquilidad para sacar adelante a su descendencia.

Intencionadamente, dejamos para el final el argumento legal: estas actividades están prohibidas. La Ley de Montes de Galicia prohíbe expresamente la circulación de vehículos a motor en zona forestal excepto aquellos que realicen labores forestales. El motivo de no citar hasta el final lo que dice la legislación es que, como educadores ambientales militantes, creemos firmemente que la concienciación es mejor que la sanción y educar es más eficaz que multar y quizás muchos de estos moteros forestales, que por supuesto no son todos iguales, simplemente no son conscientes del impacto ambiental de su diversión. Esperemos que este artículo les informe y ayude a crear esa conciencia. Existen muchos espacios degradados, como canteras abandonadas, en las que, previo convenio con sus propietarios, se podrían habilitar circuitos específicos para estas actividades. No destrocemos lo que todavía no está degradado.