Las Gándaras de Budiño salen a flote de la mano de un grupo de voluntarios

María Jesús Fuente Decimavilla
maría j. fuente O PORRIÑO / LA VOZBAIONA / LA VOZ

VIGO

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El proyecto Valora Natura trata de promover el interés natural y etnográfico

14 mar 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Es uno de los pocos espacios naturales que aún no han sido invadidos por visitantes durante la pandemia. Los motivos de no encontrarse un senderista y, menos aún, un ciclista, en las Gándaras de Budiño son evidentes. Para empezar, se trata de las grandes desconocidas del área metropolitana de Vigo y apenas se han promocionado, hasta el punto de que son muchos los vecinos de O Porriño que nunca se han acercado a este espacio natural. La visita tampoco se pone fácil a los forasteros al ser escasos y confusos los carteles indicadores, que pueden convertir el paseo en un laberinto.

El acoso del que tradicionalmente han sido objeto las Gándaras aún se refleja en algunos rincones, pese que poco a poco se van recuperando con las iniciativas puestas en marcha para su rescate. En estas actuaciones tiene mucho que ver el proyecto Valora Natura para la recuperación y puesta en valor de la biodiversidad y ecosistemas, que lleva a cabo la Sociedad Galega de Historia Natural.

Las actividades han tenido que suprimirse prácticamente con la pandemia, aunque queda un pequeño grupo de voluntarios que hacen labores de mantenimiento y de seguimiento del proyecto. El pasado fin de semana organizaron una actividad de restauración en la parcela de entrada a los observatorios ornitológicos consistente en la plantación con esquejes de sauces en la zona donde estaba el aparcamiento, así como reforestación con robles, abedules, acebos, fresnos y alcornoques en la parcela donde se situaban las ruinas de la malograda aula de la naturaleza. La idea es seguir haciendo pequeñas intervenciones hasta que la pandemia permita retomar las actividades.

Futuro

«En el futuro vamos a desarrollar nuevas restauraciones con un acuerdo más amplio con el Concello de O Porriño. El proyecto es totalmente voluntario y altruista y han participado más de 350 personas en las distintas actividades. Cuenta con la ayuda del programa Voz Natura, que ha sido un apoyo muy importante», indica Julio Valeiras, biólogo de la Asociación Galega de Historia Natural muy comprometido con la recuperación de las Gándaras y con el proyecto Valora Natura iniciado en el 2014 con el objetivo de dar a conocer los valores naturales y etnográficos. En el caso de estos últimos destacan las poldras (pasos de piedra), puentes y pontellas, mientras que entre los valores naturales tiene especial relevancia la diversidad de plantas, entre ellas una carnívora, y el sapoconcho, un galápago protegido.

Una labor ingente la desarrollada por los voluntarios que trabajan con Julio Valeiras, como se puede observar en la memoria de Valora Natura, en las actividades llevadas a cabo con escolares, la plantación de 1.535 árboles y la limpieza de basura.

En algunos aspectos colaboran con el Concello de O Porriño, como en la propuesta para eliminar el párking, convertido ahora en zona verde. También tuvieron que ver en el diseño del nuevo observatorio de aves construido en altura por el Concello para evitar que suceda lo mismo que con los antiguos. En estos últimos el crecimiento de la vegetación impide la visión al estar situados casi a ras del suelo.

Otras veces el grupo ha colaborado con la Consellería de Medio Ambiente en la recuperación de espacios para devolverlos a su estado original.

Almudena Rodríguez, vecina de la zona y representante de la asociación de afectados por las canteras de Budiño, valora el trabajo que llevan a cabo los voluntarios y echa en falta más promoción teniendo en cuenta, dice, que muchos vecinos ni las conocen. «Hay sitios en los que te encuentras con el Camino de Santiago y parece increíble que esté ahí. Las Gándaras están muy abandonadas y eso que recientemente se hicieron actuaciones», comenta. Un problema, añade, es la existencia de un punto de citas de hombres, algo que considera no es adecuado para ese lugar y difícil de erradicar.

Como «joya ecológica» define las Gándaras el ecologista de Amigos da Terra, Antón Lois. Aplaude que por fin se haya ocurrido la idea de hacer el observatorio de aves elevado para que tenga visibilidad. «Cincuenta años después, por fin se hace algo con sentido común», comenta.

La falta de mantenimiento visible en los paneles y en la escasa señalización es, a su juicio, un exponente más de lo que suele pasar habitualmente en la política y que no es más que hacer las cosas sin pensar en su posterior conservación. Cree que los logotipos de las instituciones impresos en carteles o mojones en mal estado, como es el caso, también perjudica a esas administraciones. Aboga Antón Lois por proteger al máximo al sapoconcho, una especie muy amenazada por invasoras como las tortuguitas de Florida o de oreja roja que se arrojan en las charcas.