Tony Lomba te canta a domicilio

Begoña Rodríguez Sotelino
b. R. SOTELINO VIGO / LA VOZ

VIGO

cedida

El showman busca salida al parón con conciertos vía Zoom

03 mar 2021 . Actualizado a las 22:00 h.

Tony Lomba es una estrella hasta cuando se pone el mandil. Así que mientras fríe unas milanesas para sus hijos, algo que odia (freír filetes empanados, a sus hijos los adora a ratos), cuenta que para pagarlos hay que facturar. Y para facturar, hay que cantar. Y como desde el año pasado poco más puede hacer que cantar en la ducha, una propuesta de una amiga para que él le pusiera alegría al cumpleaños de un familiar, le ha dado la idea.

A partir de ya, Tony Lomba, el crooner vigués, el showman capaz de romperse la garganta a lo Riccardo Cocciante y tres minutos después cantar una ranchera o un hit de rock, entrará en casa de todo aquel que solicite sus servicios al micrófono. Lo hará con un método profiláctico infalible: vía Zoom se colará en las casas para salir por el dispositivo que el cliente tenga a mano: la pantalla del televisor, del ordenador, de la tablet o del móvil en versión «mini-tony-lomba».

El parón profesional que sufre él y todo el sector del espectáculo le ha llevado a valorar la idea como una vía de ingresos no ideal, pero válida, ya que hay que adaptase e innovar para salir adelante como sea. «Para mí es mucho más trabajo, ya que yo lo doy todo tanto si tengo delante a cinco como a cien, pero además me obliga a estar mucho más encima de la gente, porque soy yo el que tiene que suplir la frialdad de hacer esto con cámaras y pantallas por medio», explica el músico, que aclara que como él en redes sociales los llamó «conciertos-regalo», hay gente que pensó que los hacía gratis. Y no. «Si quieres una fiesta de Música Ligera y después un pellizco de baile, acá estoy. La horquilla es muy amplia. Le puedes regalar a tus padres, a tus abuelos, que si cumples, te separas, que porque sí... a quien te dé la gana. Puede ser más roquera o más tranquila en base a lo que pidas», explica.

Para ello contará con los dos ayudantes que ya tuvo cuando, durante la cuarentena, ofreció actuaciones para sus vecinos de Bouzas. Sobre el precio prefiere no pronunciarse. «Sea el que sea a la gente siempre le va a parecer caro», lamenta. «Solo puedo decir que el que me animó a empezar le puse un precio y me pagaron más porque les pareció poco para cómo resultó y lo bien que se lo pasaron», asegura añadiendo que aunque parte del repertorio es fijo, admite peticiones «y si se puede, lo hago, que esto es para disfrutar».