La enciclopedia andante del fútbol sala

Xosé Ramón Castro
x. r. castro VIGO / LA VOZ

VIGO

XOAN CARLOS GIL

Después de pasar por los banquillos, Mougán, un enamorado del deporte, está centrado en la docencia

02 mar 2021 . Actualizado a las 01:03 h.

Julio Mougán podría tener siete vidas como los gatos y aun así sería difícil condensar en sus 48 años todos los palos que ha tocado en el mundo del fútbol sala y del deporte: entrenador, profesor de la escuela gallega, coordinador, escritor, presidente y hasta concejal de deportes en Redondela.

Lo suyo con el fútbol sala fue un flechazo provocado por una lesión en sus tiempos de joven futbolista. Una pubalgia cortó su trayectoria en el campo grande (el fútbol base del Celta fue su primer hogar) y en el tránsito hacia la recuperación encontró su destino. «En ese parón por la lesión, surgió un curso de monitor de fútbol sala que organizaba la Federación Gallega y me apunté. A partir de ahí, me surgió la curiosidad por interpretar el juego, me parecía muy estratégico. Me enamoré del fútbol sala», resume. Comenzó a empaparse del nuevo deporte con todos los libros a los que iba teniendo acceso y poco a poco fue arrinconando el fútbol.

Ese fue el punto de partida para que comenzase su carrera en los banquillos. Participó del proyecto del Cometal Vigo (que absorbió a su club), rompió amarras marchándose a Lanzarote para liderar un proyecto de cuatro temporadas, pasó por Ibiza y de regreso a casa comenzó su pluriempleo en el deporte con una parada en Noia, una entidad a la que ve en la máxima categoría más pronto que tarde.

En este tránsito pudo comprobar que Redondela, en donde se convirtió en hombre orquesta, es su sitio en el mundo. «Fue volver a mis orígenes. En Redondela fui jugador, aficionado, presidente, directivo, entrenador, profesor y hasta concejal de deportes». Su paso por la política duró una legislatura. Después de pensárselo durante un año, fue como independiente en la lista del Partido Popular, ganaron las elecciones y ejerció como máximo responsable del deporte local. «No tenía vinculación ni la tengo ahora con ningún partido político ni había mostrado el mínimo índice de interés por ese ámbito», precisa.

Comenzada la actual legislatura, y con la formación conservadora en la oposición, renunció a su acta de concejal y se embarcó en el proyecto del Vigo 2015. Fran Fernández, el alma máter del club, llevaba años insistiéndole y, liberado de las cargas institucionales, aceptó el reto. Primero en los banquillos, pero ahora desde la coordinación deportiva y como director de metodología, el área en donde más centrado está. «Al parar por la pandemia ya le notifiqué al club que no me gustaría entrenar esta temporada porque quería llevar a cabo una profunda reestructuración, sobre todo a nivel de método con los entrenadores y nos pusimos a trabajar en una serie de programas para adaptarlos a las diferentes categorías».

Una idea que compagina con su principal ocupación en la actualidad, la de profesor titular de la Escuela Gallega de Entrenadores, que acompaña a la responsabilidad de delegado de fútbol sala de la RFGF para la provincia de Pontevedra, además de tener asiento en dos vocalías de la propia federación. «Estoy muy volcado en la docencia porque de un año para aquí hubo cambios significativos. Es otra etapa, dentro del fútbol sala hay diferentes ámbitos y roles, y ni uno es mejor ni otro peor. Ahora estoy con la docencia y estoy encantado», comenta Julio Mougán.

La docencia quizás tenga que ver también con los tres libros, de corte técnico, que ya ha escrito sobre su deporte. «Han sido el reflejo de lo que yo he vivido. Surgió la posibilidad de hacer una escritura técnica y no me lo pensé mucho. Intenté plasmar en esos libros, que eran muy técnicos, casi enfocados al diseño de tareas, lo que llevo vivido estos años». De paso, dio rienda suelta a una de las aficiones que tenía desde pequeño. «En el colegio me gustaba hacer redacciones, me encantaba escribir».

Mougán, no obstante, no se considera un estudioso de su deporte, sino un transmisor de experiencias: «Me considero un constructor de experiencias, tuve la suerte de poder vivir de este deporte, de estar en proyectos muy interesantes y al final son dinámicas. Si estás en rendimiento, eso implica que si quieres tener más opciones de ganar tres puntos durante los seis días no te queda otra que estudiarte a ti mismo y a tu rival. Me considero un transmisor de experiencias de lo que he vivido».

Lejos de agotarle tantos proyectos, ya tiene más encima de la mesa. Uno de ellos, escribir una novela, pero también está cursando la titulación más básica de fútbol para demostrar que existe transversalidad en dos disciplinas tan parecidas y tan distintas. Y por supuesto, plasmar en negro sobre blanco el proyecto metodológico del Vigo 2015 una vez que la pandemia permita registrar los datos. «Tengo en mente poder documentarlo». Una enciclopedia.