Los padres retiran la carne de los menús en los comedores escolares

J.L.

VIGO

XOAN CARLOS GIL

La crisis de las vacas locas tuvo repercusiones en la comida de los colegios

08 feb 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

La crisis de las vacas locas tuvo sus repercusiones en la alimentación de los alumnos de los colegios públicos vigueses a comienzos de febrero del 2001. La mayoría de los comedores escolares de los colegios públicos retiraron la carne de vacuno de sus menús por petición de los padres.

Cambio tan sustancial en la ingesta de los alumnos vigueses se realizó de forma gradual en la mayoría de los colegios públicos. La creciente preocupación de los padres llevó a adoptar esta medida, solo para su tranquilidad. Los primeros en adoptarla fueron los comedores gestionados por las propias asociaciones de madres y padres y, posteriormente, fueron secundados por los que utilizaban la fórmula de cátering.

Tanto la entonces concejala de Educación, Ana Gandón, como el que era presidente de la Federación de Asociaciones de Padres, Alexandre Baños, aseguraban en L Voz de Galicia que no se había tomado ninguna medida oficial en este sentido desde uno u otro organismo. El representante escolar admitía que habían sido los propios padres los que, igual que en muchos casos habían reducido el consumo de carne en casa, pidieron que se adoptase esta medida para mayor confianza.

Vigo contaba entonces con un total de 26 comedores escolares, de los que casi la mitad estaban gestionados por las asociaciones de padres de alumnos. Al margen de los controles periódicos realizados por inspectores de la Consellería de Sanidade, la concejalía de Sanidad preparaba un plan municipal para el control exhaustivo de las comidas de los colegios en el que se incluía la recogida pormenorizada de muestras y análisis de los alimentos. El proyecto sería implementado por personal del laboratorio municipal. La idea era ponerlo en marcha un par de meses más tarde con modernos aparatos que permitirían conocer los resultados con la mayor rapidez.

Tanto el concejal de Sanidad, Santiago Domínguez, como el jefe del laboratorio municipal, Jesús Núñez, abogaban por el control preventivo.