¿Por qué ya no hay colas en los supermercados?

alejandro martínez VIGO / LA VOZ

VIGO

M.MORALEJO

Los sindicatos alertan de la relajación de las medidas en las tiendas de alimentación

24 ene 2021 . Actualizado a las 22:59 h.

Los párkings de hipermercados y centros comerciales no dejan de estar llenos durante las horas de máxima afluencia de clientes. La imagen contrasta con el 30 % de aforo al que están obligados a mantener para prevenir los contagios del covid-19. ¿Están cumpliendo los centros de alimentación con las normas de aforo?.

A ojos de los ciudadanos, el control no se observa. Sindicatos y trabajadores denuncian que hay descontrol. Los guardias de seguridad que durante el tiempo de confinamiento controlaban escrupulosamente el paso de clientes dentro de los establecimientos han desaparecido. Las grandes cadenas de supermercados se escudan que ahora tienen métodos más sofisticados para comprobar los aforos, como contadores láser y cámaras que llevan un recuento de las personas que hay en el interior de un recinto.

Pero basta darse una vuelta por los supermercados para apreciar que la presión que ejercían los vigilantes hace unos meses se ha relajado. Ya no hay colas a la entrada como sucedía durante el confinamiento. La gente ya no tiene que esperar en la calle su turno para entrar. Nadie obliga ya a ponerse guantes ni echarse gel hidroalcohólico antes de agarrar el carrito de la compra. Mucha gente se salta este protocolo sanitario sin que les llamen la atención.

Esto sucede cuando se están detectando más contagios que durante la primera ola que obligó a los ciudadanos a quedarse confinados en sus casas.

Esta situación preocupa a los propios trabajadores de los supermercados. Son los primeros en denunciar esta situación.

«Por la puerta entra todo el mundo. No se para a nadie. Claro que estamos preocupados. Imagínate si andamos por tienda reponiendo en un pasillo de diez metros de largo por dos de ancho y resulta que hay 20 personas», señala un trabajador de un hipermercado de la avenida de Madrid.

La agrupación sindical CIG ha presentado denuncias en los comités de empresa de los centros de alimentación en los que está representado y también ha puesto en conocimiento de la Inspección de Trabajo los excesos de aforo, señala Tránsito Fernández, de la CIG. «No se está haciendo ningún recuento de las personas que entran y salen de los establecimientos. Da igual el supermercado al que vayas. Pasa lo mismo en todos. Es un descontrol absoluto», afirma esta portavoz.

Ramón Pérez, delegado sindical de Comisiones Obreras, cree que existe una relajación en cuanto al aforo en los supermercados. Afirma que ahora no hay un control en las entradas. «A veces viene una familia entera a hacer la compra. No puede ser que venga el padre, la madre, los hijos y los abuelos», dice. «La gente está relajadísima. Se lo pasa todo por donde no debe», dice una limpiadora de un hipermercado de Coia muy preocupada por su salud y la de su familia. «A mi marido le detectaron un cáncer y no nos podemos contagiar», afirma.

Contador digital

Daniel Ricart, delegado sindical de Comisiones Obreras afirma que en el hipermercado del centro comercial en el que trabaja cuentan con un contador digital que marca el número de personas. «Eso no quita que haya momentos en los que parece que el aforo se ha sobrepasado porque hay zonas de la tienda donde se concentra más gente, sobre todo donde se encuentran los productos frescos».

En el centro comercial A Laxe observan cómo los adolescentes son los más incumplidores. Hace dos semanas, la policía tuvo que acudir a desalojar a un grupo de jóvenes que se encontraban dentro de las instalaciones sin respetar distancias de seguridad y algunos sin llevar mascarilla. «Cerramos a las seis y el problema empieza después. Aquí los vigilantes han tenido mucho trabajo. Por la tarde es una locura», afirma la hostelera Sandi Corrales. Mucha gente se molesta cuando les dice que tienen que ponerse la mascarilla en la terraza.

«Vienen a pasear y no estamos para eso. La adolescencia no entiende la magnitud del problema dice María José, que vende frutas confitadas en el centro comercial.

El límite de aforo en los establecimientos comerciales es de un 50 %. Se reduce a un 30 % en el caso de los centros comerciales o establecimientos distribuidos en varios pisos. No se permite la permanencia de clientes en zonas comunes, cuyo aforo queda limitado al 30 % .

«Reforzamos la seguridad con la llegada de los fines de semana»

El mercado del Calvario se han adaptado a la nueva normalidad con controles en las horas punta para no sobrepasar el aforo.

-¿Se han relajado las medidas para prevenir contagios?

-Yo no he relajado las medidas. En el mercado del Calvario ha seguido habiendo colas. En Navidades, los viernes y sábados las había. A las puertas de los fines de semana esperamos más gente y, como vemos que estaremos justos reforzamos la seguridad para evitar aglomeraciones.

-¿Le parece muy restrictivo la reducción del 50 %?

-Ni siquiera queremos llegar a ese tope. No permitimos 180 personas aquí dentro, que son las máximas que tendríamos autorizadas. El mercado, bien distribuido con 125 personas cumple y la gente pude comprar relajada. A partir de ese momento, cola y que la gente vaya entrando de uno en uno.

-¿Cómo controlan el aforo?

-Estamos dos personas controlando. No necesitamos más porque tenemos dos puertas. Cuando tengo que aplicar un control de aforo me coloco en una puerta y el vigilante en la otra. Lo que hacemos es prohibir el acceso y mientras no salga una persona, no entra otra y ahí se produce la cola. A primera hora de la mañana como el flujo es bueno estamos controlando. A las diez es hora punta y contamos la gente. Sobre las doce se corta el flujo y volvemos a abrir las puertas.

-¿Piensa que los ciudadanos están cumpliendo las medidas de prevención?

-Estamos en esta situación por culpa de todos. El aumento de los contagios es consecuencia de lo que hemos hecho mal.