Vulcano ya es Astilleros San Enrique

VIGO

XOAN CARLOS GIL

El Grupo Argos planea 200 empleos y aumentarlos con el primer buque

15 ene 2021 . Actualizado a las 14:14 h.

A las 18.38 horas de ayer Vulcano volvió a abrir sus puertas tras más de año y medio sin más actividad en sus 64.000 metros cuadrados que la del mantenimiento indispensable que dos trabajadores contratados por la administración concursal han llevado a cabo en soledad y la cíclica vigilancia de una empresa de seguridad para evitar el desmantelamiento del centenario astillero. El tiempo se detuvo desde el verano del 2019 en la factoría fundada hace 102 años por Enrique Lorenzo. Todo estaba ayer como lo dejaron los 69 trabajadores que salieron por la puerta tras la venta del último barco que tocó la ría desde sus gradas.

La firma de la escritura de compraventa de terrenos y concesión efectuada en la tarde de ayer en una notaría viguesa y el abono de 3,5 millones de euros de una operación total de 7,85 millones precedieron a la toma de posesión por parte del Grupo Argos, comandado por el empresario José Alberto Barreras. El veterano ingeniero naval no acudió a la histórica reapertura de las instalaciones, acto que se encargaron de realizar Juan Moreno director general de Marina Meridional, la división del grupo empresarial que efectuó la compra, y José María Soriano, director general del nuevo astillero.

 Sin rastro de Vulcano

La denominación Vulcano quedará ya solo para la historia de la ciudad, Astilleros San Enrique será el nombre con el que se fabricarán nuevos buques en Teis y sus nuevos propietarios esperan llegar a contratar a entre 25 y 40 personas a corto plazo y alrededor de 200 hasta el momento de empezar la construcción de buques. «Ahí las necesidades de personal se multiplicarán», además de requerir el concurso de diversas subcontratas locales, indicaron los directivos.

La nueva propiedad solo había podido entrar en tres ocasiones en la parcela para evaluar su contenido, necesidades de reformas e inversiones necesarias, pero «pensamos que podemos iniciar actividad en un nivel bajo de forma inmediata y en paralelo iremos reacondicionando las instalaciones y aumentando la productividad del astillero», manifestó Juan Moreno nada más tomar posesión de la propiedad.

Los planes de Astilleros San Enrique ya han arrancado, según manifestaron los directivos ya dentro de las oficinas de Teis, con una labor comercial de búsqueda de clientes para que sus barcos sean tratados en el astillero y construir buques «con cierto valor añadido. Nos vamos a tomar un tiempo para definir qué tipo de buque vamos a ofrecer al mercado, pensando en hacer pequeñas series más que unidades a medida y cosas que sean desmesuradas», adelantó Moreno, mano derecha del nuevo propietario.

 Faltan 2,3 millones

En la escritura firmada ayer se dejó constancia de la renegociación de plazos de los 2,3 millones de euros que faltan para cerrar la operación, que fuentes inmersas en la misma adelantaron que tienen como tope para su abono el 31 de marzo, y en caso de no llevarse a cabo se declararía nula la venta y sin posibilidad de recuperación de lo pagado. Argos podrá, en todo caso, subrogarse al crédito adelantado por el Fogasa para el pago de las nóminas de los últimos empleados o hacer un pago directo de la entrega pendiente.

La singladura de San Enrique dependerá de que los tribunales le den la razón en la continuidad de la concesión de la parte de la parcela de titularidad portuaria otorgada en su día a Vulcano hasta el año 2027 y que esta se amplíe incluso. «Creemos que no vamos a tener mayor problema y hemos firmado con esa condición», señalaron los directivos. De momento no ha habido conversaciones con la Autoridad Portuaria para exponerle ese deseo, manifiesta Argos, como tampoco ningún tipo de diálogo con el comité de empresa de Vulcano. «No hay ningún tipo de masa social asociada al astillero, queda liquidada ahora en el momento de la compra-venta y contrataremos al personal de forma libre», añadió Juan Moreno, que sí indicó que valorarán positivamente el acceso de antiguos trabajadores de Vulcano para darle continuidad por su conocimiento y experiencia. Una treintena de empleados del astillero siguen sin trabajo año y medio después.

XOAN CARLOS GIL

«¿Ya está?», preguntaban los vecinos deseosos de volver a ver vida en las instalaciones de Teis

«Cerraron todos los bares. No hay actividad en el barrio, se había quedado triste», dice un antiguo trabajador de Vulcano, ayer expectante ante el movimiento surgido en la vieja factoría tras año y medio viendo sus puertas cerradas. «¿Ya está?», pregunta desde su acera una vecina sabedora de alguna que otra visita en los últimos tiempos de los compradores y los administradores concursales. «Si desde su casa veía algo extraño en el astillero, llamaba siempre», señalan satisfechos los vigilantes ensalzando la implicación de un barrio deseoso de volver a sentir actividad en las gradas.

«Dedicaremos toda la parcela a uso industrial. No consideramos la opción de destinarlo a almacén de contenedores y uso logístico», asevera el firmante de la compra de Vulcano.

En sus naves, ayer frías, oscuras y sin movimiento alguno, se rodaron diversas escenas de Los lunes al sol, anticipando una deriva laboralmente trágica de parte de la plantilla del viejo astillero. El cine volvió hace unos meses a la parcela. Un asunto privado, tomó unas escenas hasta desde las grúas de la factoría, como también en el centro de la ciudad.

Hoy volverá a abrir sus puertas, ya con el nuevo director del astillero al frente, que ayer posaba ante la maquetas de los barcos que han pasado por las gradas de Teis o en los que han trabajado sus históricas plantillas. Barcos y no contenedores, como se intentó, volverán a tomar el protagonismo de la parcela en la que en 2004 había 140 empleados y entre 500 y 600 más de empresas auxiliares, la herramienta laboral en la que San Enrique pretende apoyarse si logra la concesión finalmente y paga el último plazo.