El Supremo rechaza que un industrial fuese el abuelo de tres hermanas viguesas

e. v. pita VIGO / LA VOZ

VIGO

Imagen de archivo del Tribunal Supremo
Imagen de archivo del Tribunal Supremo Europa Press

Ellas alegaban que su padre les confesó su secreto familiar antes de morir para evitar que perdiesen la herencia

02 ene 2021 . Actualizado a las 19:14 h.

Tres hermanas viguesas pidieron al Tribunal Supremo que reconociese como su abuelo a un industrial ya fallecido pero sus pretensiones fueron desestimadas. Inicialmente, ellas creían que su padre era el sobrino del empresario pero, según les reveló su progenitor, en realidad el industrial era su verdadero abuelo, lo que las legitimaba para reclamar parte de la herencia como nietas. Sin embargo, ni el juez de Vigo, ni la Audiencia ni el Supremo han visto pruebas contundentes de tan cercano parentesco.

La sección primera de la sala de lo civil del Tribunal Supremo no ve acreditado que ellas ni su padre, también finado, fuesen los herederos. Las tres pleitearon desde el 2015 y aportaron indicios como que el empresario tratase como un hijo a su padre y este ocupase un cargo directivo de la firma. Mostraron fotos en las que comían juntos con el supuesto abuelo.

El juez de Primera Instancia número 4 de Vigo y la sexta sección de la Audiencia de Pontevedra no vieron pruebas suficientes de la paternidad y el Supremo ha inadmitido ahora su recurso. Concluye que esas coincidencias en comidas o reuniones podrían deberse a su relación familiar (pues era una relación de tío y sobrino) y laboral. Tampoco ve como prueba que el padre ocupase una vivienda de la empresa porque la abandonó tras su despido laboral. Ni que el supuesto abuelo exteriorizase de forma notoria y pública que tuviese a tal hijo y nietas.

Las tres mujeres reclamaron la filiación no matrimonial respecto de su padre y en relación al abuelo porque este último trató a su progenitor como su hijo, se preocupó siempre por él, y le situó en altos cargos. Aseguran que su padre les reveló el secreto familiar, próximo a morir, al darse cuenta de que sus hijas no iban a recibir la herencia del verdadero abuelo.