Los errores condenan al Coruxo

x.r.c. VIGO

VIGO

Xoán Carlos Gil

El Málaga tiró de efectividad para golear en o Vao en la Copa del Rey

16 dic 2020 . Actualizado a las 17:48 h.

El resultado no lo dice todo. Hubo más partido de lo que indica el 0-4, pero la diferencia tan grande en el marcador tiene una explicación: los errores del Coruxo en los dos primeros goles de un Málaga contundente y que se tomó muy en serio la Copa, poniendo en el pesado campo de O Vao a un once reconocible y tirando de eficacia. Apenas perdonó una ocasión de cuantas se le presentaron.

La Copa del Rey le debe una al Coruxo desde la temporada pasada, pero en la edición 20/21 del torneo no podrá cobrar la afrenta del árbitro del curso pasado ante el Mirandés. Míchel Alonso lo intentó apostando por los mismos que habían firmado el partido perfecto ante el Pontevedra, pero ante el Málaga cometieron muchos más errores que contra el equipo granate. El primero llegó muy pronto, a los 18 minutos en una falta botada por Cristian Rodríguez al corazón del área pequeña. Un balón por el que no pugnó Amigo, el portero verde, que titubeó un instante en la salida y Orlando Sá, un luso que la temporada pasada defendía la zamarra del Standard de Lieja, aprovechó la indecisión para marcar sin oposición.

El 0-1 invitó a Sergio Pellicer a instalar una línea de cinco zagueros en el Málaga, lo que unido a su corrección táctica en el resto de las líneas provocó que el domino del Coruxo fuera inocuo, sin apenas ocasiones salvo un remate de Mateo que salió alto.

A la vuelta del vestuario el cuadro vigués le metió una marcha más al partido. Plantó su defensa casi en el centro del campo, comenzó a combinar en la sala de máquinas y percutió por la banda derecha con Martín Fuertes y Rivera, sin crear ocasiones diáfanas pero sí anunciando peligro y pisando el área rival con asiduidad.

De hecho, la estocada llegó de un córner a favor que el Málaga sacó con un patadón, pero Manu quiso ceder a su portero, ya en campo propio, el balón se frenó y Juan Cruz, uno de los hombres de refresco de los malacitanos cogió el balón, encendió la moto y batió a Amigo después de regatearlo.

El 0-2, a falta de 25 minutos ya fue una losa definitiva. Míchel comenzó a mover el banquillo y el Málaga ya jugó a placer. Los de Pellicer tuvieron un par de aproximaciones envenenadas y a continuación redondearon la faena con dos goles más. Ambos de jugadores que habían salido desde el banquillo. Primero Rahmani se aprovechó de un balón filtrado para marcar de tiro cruzado y después Caye Quitana eligió la misma suerte para marcar el cuarto en plena prolongación.

Demasiado castigo para un Coruxo que plantó más cara de lo que dice el marcador.