«Son quince años y muchos días pensando que lo quiero dejar ya»

M. V. F. VIGO

VIGO

rapido de bouzas

El Rápido de Bouzas inicia un segundo proceso electoral tras el fracaso del primero para relevar a Manuel Seoane

05 dic 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Manuel Seoane sigue siendo a día de hoy presidente en funciones del Rápido de Bouzas. Después de un primer proceso electoral fallido el pasado verano, el club se encuentra inmerso en el segundo, a la espera de que pueda llegar a buen puerto. Tras quince años al frente, el aún máximo dirigente de la entidad asegura que quiere abandonar el cargo y ver los partidos desde la grada sin más nervios que los que le produzca el resultado como aficionado del club.

—¿Qué ocurrió con el anterior proceso electoral que se había abierto?

—Se presentó una candidatura que era una desfachatez. El que se presentó como candidato no era socio, como tampoco lo eran otras cinco personas de nueve que le acompañaban. Y, lógicamente, no fue dada por válida por el comité electoral. Habíamos querido dejar vía libre a gente nueva, pero fue un desastre. Si se llega a admitir, los tres miembros del comité estarían prevaricando. Algún socio llamó para ver si se podía hacer la vista gorda, pero se exponían a una denuncia. El comité se negó en redondo.

—Y ahora han vuelto a empezar.

—Sí. El proceso electoral del Rápido, por estatutos, es largo, de 40 días. Se esperó a que pasara el verano para recuperar fuerzas y poder convencer a alguien de que se presentara, o los mismos con otra lista. En el momento en que la cosa estuvo clara, se convocaron las elecciones. Esto fue la semana pasada, el viernes. Si solo hay una candidatura, se proclamará a mediados de mes, y si hay más, se celebrarán elecciones el 4 de enero.

—¿Se ha presentado ya esa primera candidatura?

—Nadie se ha presentado de momento, pero va a haber al menos una. Quizá haya dos. Pero soy el presidente en funciones y no es mi cometido hablar de quiénes se presentan. Tendrán que ser ellos quienes lo digan.

—Tras el primer fracaso, ¿se planteó su continuidad?

—Son quince años y muchos días me levanto pensando en que lo quiero dejar ya. No soy rico, pero tuve que pedir créditos por valor de 500.000 euros y no estoy exagerando, porque las subvenciones te vienen cuando te vienen. Uno de los motivos de retrasar el proceso fue que la parte económica se liberara al cobrar las subvenciones. Pero si un señor quiere coger el Rápido, un club con un presupuesto de 400.000 euros y nóminas caras y abundantes, tiene que tener una mínima solvencia económica. Si no la tiene, es una estupidez que coja el club, porque desaparecería.

—¿Ha perdido dinero en el Rápido de Bouzas?

—Coger un club es una alta responsabilidad económica y te puede llevar a un problema familiar. Nosotros llegamos a dejar en Segunda B 90.000 euros para pagar unas nóminas y hemos cobrado gran parte. Otra vez perdoné en una junta general 25.000 euros al club. El que lo coja tiene que tener una solvencia mínima. Si no la tiene es mejor no presentarse, porque las hostias pueden empezar a llegar. Ahora, sin taquillas ni abonados, en un club con cerca de 30 equipos en el que todo eso va sumando, ahora no entra nada. Sin el coronavirus, estaríamos a pre o en positivo.

—¿Confía en que el club quede en buenas manos tras su marcha?

—Por lo que sé y voy conociendo, creo que hay un proyecto con una ambición importante y que va a haber detrás el dinero suficiente para pasar esta temporada sin sustos e incluso para pensar en el medio plazo en la Segunda B y con la ilusión de que no se quede ahí la cosa. Es cierto que el equipo no ha empezado especialmente bien la temporada, pero porque es novísimo y es una apuesta que necesita un poco más de tiempo.