«Nos ayudan a coger confianza»

VIGO

M.MORALEJO

Andriu y Jairo Cárcaba creen que sus goles reflejan el buen trabajo del Coruxo

01 nov 2020 . Actualizado a las 08:10 h.

Cinco partidos sin marcar. El Coruxo festejó su primer gol en la campaña de Segunda B a los diez minutos de su sexto encuentro y no podía ser menos, llegó gracias a su insistencia en los entrenamientos, como reconoce el central Andriu Hernández (Tenerife, 1990) al relatar cómo se fraguó la jugada de estrategia. «Los centrales siempre tenemos que ayudar en esas acciones a balón parado y esta era una ensayada que practicamos con el lanzamiento de Antón el mismo sábado, aunque tuvimos un poco de suerte con el rebote del portero», explica.

El canario dejó las islas con solo 15 años para probar fortuna en la cantera del Albacete. Después de solventes campañas en Segunda B, optó por Galicia, territorio que conocía gracias a su novia arousana: «Lástima que con las restricciones no he podido conocer mucho más, pero estoy muy cómodo en el Coruxo, me encontré a un buen grupo que me ayudó a adaptarme rápido. La verdad es que este primer gol me alegró sobre todo porque abrió la lata y nos quitó ese peso que teníamos encima, además de que sirvió para sumar tres puntos».

El defensor chicharrero también tiene claro que la situación clasificatoria del Coruxo no era consecuente con el fútbol que estaba desarrollando hasta la fecha, extrañado de los números que presentaban antes de doblegar al Guijuelo: «Este resultado nos va a ayudar a seguir ganando confianza, porque en verdad habíamos jugado varios partidos en los que nos merecimos sumar algo más. Nuestro juego no se correspondía con un balance de un punto en cinco partidos, aunque todos sabemos que estas cosas pasan a veces en la competición profesional, sobre todo cuando está muy equilibrada como sucede en el grupo de esta temporada».

Con un central desatascando el ataque del combinado de O Vao, tampoco tardó en sumarse a la fiesta el punta que Míchel Alonso alineó en estas primeras jornadas. Jairo Cárcaba (Gijón, 1992) llegaba de un año complicado por las lesiones en Castellón y con la ilusión de volver a recuperar ese buen tono que lució con 14 dianas en la campaña 18/19: «Los problemas físicos habían quedado atrás y es cierto que estaba un poco fastidiado por el gol que me anularon en Salamanca en la segunda jornada. Había visto puerta rápido y era legal por mucho, aunque nos lo anularan. De todos modos, no es para obsesionarse, porque yo soy de los que piensa que el fútbol terminará dándonos lo que nos quitó».

El ariete no dudó en asumir la responsabilidad en la pena máxima favorable, al filo del descanso, y elevó al tanteador un 2-0 que redoblaba la confianza de la escuadra verde: «Quieras o no, mentalmente no era fácil enfrentarnos a lo que nos estaba sucediendo, porque además de no ganar, es que no veíamos puerta. En mi caso, los delanteros vivimos del gol y siempre va todo mejor cuando marcas».

En una situación tan adversa, Cárcaba recalca el hecho de que nunca dudó del potencial de su nuevo club, aunque sí es consecuente con la realidad: «La situación es la que es y sigue siendo delicada, porque necesitamos sumar más puntos, pero al equipo lo veo bien, no tira nunca la toalla. Todo lo contrario, aquí hay calidad para conseguir más de lo que muestra hasta ahora la clasificación y estoy seguro de que se verá en las próximas jornadas».

A nivel personal, la aventura del gijonés en Galicia es clave para la carrera de un delantero de 28 años, que ya ha dejado muestras de su calidad y su olfato de gol en categorías como la Segunda B y la Tercera División. De momento se siente convencido de que puede cumplir con las expectativas que depositó en él el Coruxo: «Siempre es importante que te respeten las lesiones y si tienes esa suerte, la continuidad y los minutos te ayudan a tener más confianza y a participar en los objetivos comunes que tenemos. Desde que llegué, el mío particular es el de ayudar al equipo».

Mientras, Jairo sigue alternando el fútbol con sus estudios de ADE, tiene entre ceja y ceja el mismo desafío que su compañero Andriu, el de contribuir a que el equipo de O Vao sume el máximo de puntos posible cada semana. Ambos coinciden también en que están en un grupo de notable calidad, pero eso significa que las diferencias pueden estrecharse aún más en cualquier momento del torneo.