¿Cómo sobrevive un restaurante de moda en Vigo al cierre por coronavirus?

L.Míguez VIGO

VIGO

M.Moralejo

The Othilio Bar tuvo que cerrar sus puertas pero casi en frente ha tomado el relevo la bocatería Meliton, de los mismos dueños y que por la pandemia ofrece también menús del día para recoger con gran éxito de público

28 nov 2020 . Actualizado a las 01:22 h.

El cierre de marzo los cogió por sorpresa. Con el personal recién incorporado de las vacaciones, las neveras repletas, los planes de reserva para el día del Padre... Othilio, uno de los restaurantes más de moda de la ciudad, donde para conseguir mesa era necesarios días de antelación, cerró como el resto de locales por el confinamiento. «A finales de abril pasé por las cámaras y vi la cantidad de dinero que teníamos allí acumulado en comida y pensamos que podíamos sacarlo. El primer fin de semana que nos pusimos a la obra fue el último de abril y fue un éxito rotundo. El día de la Madre despachamos 130 menús para llevar», quien recuerda estas viviendas es Pablo Rodal, uno de los dos hermanos, junto a Carlos, que está al frente de este local en la calle Luis Taboada. 

Con esa experiencia en sus espaldas y sus cocinas, cuando empezaron las restricciones fueron tomando posiciones. «La otra vez nos abrió los ojos y ya estábamos mentalizados. Con la reducción de aforo ya teníamos dos turnos, a las 13.30 y 15 y a las 21.30 y las 23.00 y con el toque de queda empezamos a tantear ya a nuestros clientes sobre la opción de realizar pedidos para que vinieran a recogerlos al Melitón, que siempre estuvo más enfocado en el take away y tiene una disposición que permite adaptarse mejor». Dicho y hecho. Al día siguiente del anuncio de cierre de la hostelería Othilio cerró sus puertas pero Melitón, que llevaba un año abierto ya como bocatería, le tomó el relevo para preparar menús para recoger por 12,50 euros. El cálculo era que con 30 menús diarios podrían cubrir costes: facturas, alquileres de los locales en pleno centro de Vigo y el sueldo de los tres cocineros y los dos hermanos propietarios. Los tres camareros irían al Erte hasta la normalidad. Los primeros días llegaron a servir 45 y esta semana se han puesto en una media de 60 diarios. 

Ver este cierre como una oportunidad les permitió también descubrir más opciones de mercado: a parte del menú del día ofrecen un menú de sábado a 20 euros más elaborado y los bocadillos y tapas están disponibles a través de la plataforma de Deliveroo para todos aquellos que no quieren salir de casa. Su demanda se nota especialmente los jueves, viernes y sábados a la noche. «Los menús no nos compensa económicamente, porque tienen poco margen y si hay que pagarle a la plataforma de envío ya no da, pero la carta de Melitón ya nació para servir en plataformas y hay diez bocadillos y diez tapas con mucho éxito. Es una forma de estar activos y esta vez ya nos pilló preparados», cuentan desde Melitón, donde el teléfono no para para hacer las reservas del día y el mediodía impone un ritmo frenético en la cocina. 

Abiertos a buscar nuevas fórmulas de negocio, también han establecido colaboración con los hoteles cercanos. En el América se encargan de recibir los pedidos y desde Melitón los preparan y entregan en recepción para que sus huéspedes puedan cenar de lujo en su habitación. «Lógicamente no montamos dos locales de estas dimensiones en el centro de Vigo, con el coste que supone, para trabajar en el pedido a domicilio, pero hay que seguir y trabajar y la gente valora el esfuerzo, es muy solidaria y cree que es una forma de contribuir. Los gastos en hostelería son muy altos, algo hay que hacer mientras dura esto. Yo animo siempre a todos a abrir y buscar fórmulas», cuenta Pablo Rodal, que se encarga de atender los pedidos, la plataforma y gestionar los envíos mientras su hermano vigila los fogones y organiza el trabajo en la cocina. 

En realidad el éxito de esta fórmula no es nuevo para ellos, sus dos locales están acostumbrados a cosechar buenas críticas y las Navidades pasadas, por la cercanía con la Alameda y el mercadillo no dejaron de trabajar. El verano pasado el trabajo tampoco faltó y esperan que cuando se levanten las restricciones, la gente siga confiando en su apuesta por la calidad y el buen servicio. «Ahora mismo se trata de salvar esto, de mantener clientela. En realidad las plataformas se llevan su margen y te quedas con poco y del servicio de menú del día con el precio del embalaje y demás arañas muy poco, pero con esto nos está conociendo mucha gente nueva, clientes habituales de otros restaurantes de la zona, otros a través de Deliveroo que no sabían de nosotros... y mantenemos a los fieles de siempre. Todo suma y todo ayuda».