Povisa estrena una novedosa técnica para extraer piedras biliares

VIGO

El jefe de servicio de digestivo, Santiago Vázquez, y el radiólogo intervencionista Mariano Magallanes
El jefe de servicio de digestivo, Santiago Vázquez, y el radiólogo intervencionista Mariano Magallanes cedida

Se basa en romper el cálculo en las vías biliares accediendo a través del hígado y sin hacer cirugía

27 nov 2020 . Actualizado a las 14:20 h.

El Hospital Povisa ha practicado una intervención pionera en España para extraer piedras de las vías biliares de un paciente. Los cálculos biliares se tratan con frecuencia, tanto en la vesícula como en los conductos, que unen ese órgano con el hígado. Esta nueva intervención se practicó hace dos semanas y se basó en acceder a las vías biliares a través del hígado con un nuevo instrumental, para evitar la cirugía.

Lo habitual en este tipo de intervenciones es que los digestólogos accedan a los conductos biliares con un endoscopio que se introduce por la boca del paciente y acaba llegando al lugar donde están los cálculos. Una vez allí, se expulsan hacia el intestino y el paciente los expulsa de manera natural. En algunas ocasiones, según explica el jefe de servicio de digestivo de Povisa, Santiago Vázquez, el enfermo presenta alteraciones anatómicas que impiden llegar con el endoscopio a los conductos biliares. Entonces, a través de radiología intervencionista se puede acceder a estos pequeños tubitos desde el hígado, para localizar el cálculo y conducirlo hasta el intestino.

Pero en esta ocasión los médicos tenían dos problemas extras: la piedra era muy grande (entre 15 y 20 milímetros, cuando no suelen llegar a diez) y el paciente tenían una estrechez que impedía empujar el cálculo (litiasis) hacia al intestino. Esto se debía a que el paciente, un hombre que ronda los 70 años, había sido sometido a una intervención quirúrgica previamente por otra enfermedad. Entonces, tuvieron que acceder a través del abdomen, atravesar el hígado y romper la piedra en trozos pequeños (litotricia) dentro de los propios conductos biliares, y esto es lo que nunca se había hecho hasta ahora. La litotricia no se hace nunca por esta vía, que se llama percutánea porque atraviesa la piel.

Para esto se utilizó un nuevo modelo de un instrumento que se llama congioscopio. Se trata de una cámara con la que los médicos pueden ver el interior del conducto biliar y que normalmente se introduce en el endoscopio, que llega a la zona de la intervención a través de la boca. Con este nuevo modelo no hace falta y pueden acceder a través del hígado.

Una vez roto el cálculo en pequeños fragmentos, estos se conducen al intestino y el paciente los acaba expulsando.

«Los radiólogos intervencionistas van a hacer un segundo procedimiento para colocar una prótesis biodegradable y así disminuir el riesgo de que se formen coágulos en el futuro», dice el jefe de digestivo.

Una patología habitual

Santiago Vázquez explica que los coágulos biliares están a la orden del día. Se forman por un mal flujo de la bilis, esa secreción que produce el hígado. Al no fluir se acaba depositando y cristalizando, con lo que se forman pequeñas piedras. Normalmente la litiasis se forma en la vesícula biliar y aparece en los conductos «cuando una piedra de la vesícula se desplaza». Es más frecuente que aparezcan en la vesícula, pero en Povisa tienen pacientes todas las semanas con piedras en las vías biliares.