La nueva terapia contra la velutina: la picadura de otra velutina

VIGO

cedida

El Meixoeiro ya ha probado en tres personas la repicadura de la avispa para comprobar que la vacuna es eficaz; hasta ahora no se había utilizado esta técnica en ningún otro lugar

09 nov 2020 . Actualizado a las 22:32 h.

El Hospital Meixoeiro de Vigo ha empezado a utilizar un nuevo procedimiento para valorar si la vacuna contra la picadura de la avispa velutina es eficaz. Se trata de colocar otra avispa velutina en el brazo del paciente y provocar que le pique.

Se hace de manera controlada, dentro de la consulta del alergólogo. El paciente está monitorizado y permanece dos horas en observación para estudiar si se generan reacciones adversas. Si todo va bien, significa que la vacuna es eficaz.

El responsable de la técnica, el médico Luis Arenas, explica que la vacuna contra la velutina no utiliza veneno de este insecto, sino de otra especie, que es prima hermana, la véspula. «Sabemos que la vacuna es eficaz porque todas las personas que nos han llamado para referirnos que han sufrido repicaduras espontáneas de velutinas no han sufrido reacciones adversas», explica, pero no tenían la certeza. Por eso han empezado a probar la repicadura controlada.

Ya se ha probado en tres personas, de 25, 27 y 34 años. Todos ellos están relacionados por su trabajo o por su vida con el mundo del campo, lo cual los convierte en personas de riesgo. Los tres toleraron bien el proceso y no sufrieron reacciones, lo cual indica que la vacuna es eficaz. Arenas captura personalmente las velutinas que luego utiliza en las pruebas -«soy entomólogo aficionado», cuenta-. Probablemente esta semana la probará con un cuarto paciente, de 41 años.

Este tratamiento «no está descrito en la literatura científica», explica el alergólogo. Esto, en términos científicos, supone que es la primera vez en el mundo que se hace. Lo llaman repicadura hospitalaria. Sí se había practicado con otros tipos de insectos. Una decena de hospitales de toda España las utilizan con frecuencia y en Vigo se han hecho quince en el último año, que es cuando se puso en marcha. Pero nunca se había probado con la velutina, que trae de cabeza al sector agrario gallego desde que se empezó a consolidar.

El proceso

Para hacer la picadura controlada, se cita al paciente en la consulta. Se anestesia al insecto con anhídrido carbónico. «Se le cortan las alas y las patas para que no se escape», dice el médico. Cuando la avispa recupera su vitalidad, con unas pinzas se provoca que pique en el antebrazo del paciente. Se mantiene con el aguijón pinchado durante veinte segundos, para que vacíe todo su veneno. Después el insecto se extrae y empieza la monitorización del paciente. Se le ha hecho un análisis de sangre previamente para comprobar sus anticuerpos y se le hará al cabo de dos horas para comprobar si ha variado. Durante este tiempo se comprueba si hay alguna reacción adversa. «Sí, duele», reconoce Arenas, «porque el aguijón tiene un tamaño superior al normal y el paciente tiene la impresión de que está viendo cómo le pica, pero es un dolor tolerable». Al cabo de esas dos horas, al paciente se le da al alta y se le administra una medicación para reducir la inflamación. «Todos los pacientes están contentos», dice el doctor Arenas.

Hay 410 personas que se vacunan cada mes en el Meixoeiro contra la picadura de himenópteros. Son siempre las mismas. El proceso de inmunización consiste en la administración de veneno una vez al mes. Esto dura un año y después se va disminuyendo la cadencia. Son cinco años de terapia, aunque en algunos casos esta dura toda la vida. Hay vacunas contra la picadura de abejas y contra la picadura de avispas. El proceso de vacunación dura media hora. «Induce un estado de tolerancia al veneno a base de la repetición de las dosis, porque forma anticuerpos bloqueantes», explica el médico. La dosis de mantenimiento se alcanza al tercer mes y con tres dosis más ya existe un grado de protección alto. «Luego hay que administrar más para que la tolerancia quede fijada, pero el grado de protección está entre el 90 y el 98 %», dice Arenas.

De esos 410 que están en tratamiento, 60 se medican contra la picadura de abjeas y 350 contra la de avispas. De estos, casi todos son véspulas (entre estos están los que se tratan por picaduras de velutina), y hay alrededor de 40 contra el tipo polistes. Normalmente, los pacientes acaban en la consulta del alergólogo porque han sufrido una picadura y han desarrollado reacciones adversas.

Los tres pacientes que se han tratado con la repicadura de velutina han evolucionado bien. Luis Arenas considera interesante que se hiciese un trabajo en toda Galicia para comprobar la eficacia de las vacunas. «Sería estupendo llegar a 50 o 70 personas; desde aquí lanzo mi ofrecimiento para ayudar a mis colegas alergólogos de toda Galicia», propone el médico.

Identificación de insectos

El servicio de alergología del área sanitaria de Vigo tiene también en marcha otro proyecto que es el servicio de identificación de himenópteros. Se trata de que, cuando un paciente al que picó un insecto que le generó una reacción alérgica, o bien sus familiares, atrape al mismo, y pueda ser identificado por los médicos para ofrecerle una terapia exactamente adecuada a su problema. La identificación precisa del insecto no se puede garantizar siempre y suele provocar problemas en el tratamiento. Algunos dejan clavado el aguijón, pero esto no siempre sucede.

Luis Arenas dice que se ha puesto a disposición de todos los alergólogos de Galicia el servicio de identificación. Se les puede remitir al Meixoeiro dentro de un frasco con alcohol de 70 grados, para evitar que se descomponga.