El Concello aprueba el proyecto para continuar la vía verde hasta Chapela por tres millones

La Voz VIGO / LA VOZ

VIGO

Oscar Vázquez

La anterior adjudicataria renunció a las obras el año pasado al encarecerse los costes

07 nov 2020 . Actualizado a las 19:53 h.

Nueva oportunidad para completar el trazado de la vía verde por el antiguo trazado ferroviario hasta Chapela. La Junta de Gobierno Local dio ayer el visto bueno al proyecto para poder disponer de un nuevo lugar de esparcimiento público accesible desde el centro de la ciudad. El presupuesto asciende a los tres millones de euros, a los que hay que sumar los 500.000 euros que consumió la anterior concesionaria a lo largo de la calle Mestre Chané. El alcalde, Abel Caballero, explicó ayer que será un tramo completamente humanizado en el que se conservarán a lo largo del recorrido elementos de las antiguas vías del tren.

Al mismo tiempo, habrá diferentes elementos de ocio como mesas de ping pong, bancos, zonas para poder descansar, aparcamientos para bicicletas, papeleras, entre otros elementos del mobiliario urbano.

El Concello tendrá que proceder a una nueva adjudicación de las obras, después de que renunciara la anterior empresa. La creación de la senda verde entre Urzaiz y Teis resultó ser 370.000 euros más caro de lo que el Ayuntamiento había presupuestado en un primer momento. El costo superó el 37 % de lo inicialmente calculado, lejos del 20 % máximo de variación que permite el pliego de condiciones. La empresa cobró 429.912 euros por los trabajos que llegó a realizar. Lo más visibles fueron los únicos 400 metros de paseo que están abiertos en la calle Mestre Chané.

El desarrollo de los trabajos supuso una sucesión de imprevistos sobre la marcha y que fueron encareciendo el proyecto. Nada más empezar las obras, la empresa comprobó que el inicio de la senda se solapaba en los planos con el futuro aparcamiento de la estación intermodal de Vialia.

Además, tras desbrozar y limpiar la vegetación en el resto del tramo, se detectaron taludes inestables con una altitud de hasta seis metros. También se comprobó que estaban deteriorados algunos elementos no estructurales ocultos bajo el balastro, que habría que reponer. Además los escombros generados no tienen las características que se preveían en el proyecto inicial y su gestión también encareció el proyecto.