El cineclub inicia un ciclo de cuatro películas, entre ellas, «Lúa vermella», de Lois Patiño
02 nov 2020 . Actualizado a las 05:00 h.El Cineclub Lumière cambia el horario de proyección para adaptarse a las normas sanitarias actuales. Las proyecciones en el auditorio municipal comenzarán alas 20.00 horas. A esta hora se pondrá en marcha hoy un nuevo ciclo de cine titulado Territorio íntimos.
Explican desde la asociación viguesa que somos capaces de construir con las acciones humanas la orografía vital, aunque se depende del contorno social. «Na colectividade é onde fomentamos ou freamos o desenvolvemento persoal, porque sen eleción, nacemos co sometimento de pertencer a sociedades máis ou menos xustas, fortes e axeitadas», afirman desde Lumière.
En este ciclo, el cineclub presenta personajes en procesos de transformación, que tratan de encontrar su lugar en el mundo ante las circunstancias de su vida, «que transcurre loitando nun territorio hostil e cheo de prexuízos».
Comenzará hoy el ciclo con la proyección de The Father, de Kristina Grozeva y Petar Valchanov. Es un filme lleno de energía y dinamismo, que oscila entre el trauma y la locura que emerge tras la muerte. No hay lugar para la pausa, ni hay una fórmula precisa, solo hay que buscar y creer.
El próximo lunes llegará la aclamada película del vigués Lois Patiño Lúa vermella. Es una película nacida a partir de la historia real del Rubio de Camelle, un submarinista que recuperó más de cuarenta cadáveres de náufragos perdidos en el mar, «os mortos aqui non marchan, quedan con nós», le dijo un vecino al director cuando investigaba en las villas de la Costa da Morte para hacer este trabajo. En la proyección estará Lois Patiño para presentar su obra.
Ya el lunes 16 se podrá ver Blanco en blanco, de Théo Court, un filme hace un viaje a través de las fotografías populares que ocultan aquí otra serie de imágenes condenadas a la clandestinidad: el genocidio contra la población indígena y la violencia contra la mujer en el mundo rural.
Concluirá el ciclo, el lunes 23 de noviembre, con la proyección de Sole, de Carlo Sironi. Es un experimento formalista que une los códigos sociales del neorrealismo con la angustia y soledad de películas posteriores de cineastas, como Michelángelo Antonioni.