«Hoy he tenido que prescindir de dos compañeros, ha sido un día muy triste para mí»

La Voz

VIGO

El hostelero Luis Castañeda critica la incapacidad de los políticos para tomar decisiones correctas

01 nov 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

«Hoy he tenido que despedir a dos compañeros, es un día muy triste par mí. Es más fácil despedir que tramitar un ERTE», se lamenta Luis Castañeda, uno de los dueños de la cafetería El Castro, que critica la «incapacidad de los que toman las decisiones».

En la plaza de la Constitución hay ambiente a pesar de que alguno de los locales también está clausurado. En el Polbo Bar, las tablas de madera chorrean aceite y pimentón sobre los cefalópodos, Antonio García, el encargado que lleva siete años con el local, asegura que este fin de semana «hay la mitad de gente que la semana pasada, y eso que hoy hace buen tiempo». García explica que «antes de la pandemia eramos doce empleados y ahora somos tres.

La normativa obliga a que solo se puedan reunir personas que conviven juntas. Miriam, Arrate y Lidia toman algo juntas en un velador. Estudian en la Universidad de Vigo y comparten piso: «Ahora salimos antes». A pocos metros de ellas, dos parejas charlan entre sí, pero cada una de ellas ocupa una mesa diferente. «Cumplimos con la norma, pero a veces es difícil de coordinar», explican Paloma Alonso y Juan Cendón.

De otra mesa solo salen palabras en inglés. Son cuatro estudiantes de Erasmus: un francés, una belga, un croata y un alemán. Louise, la chica, vive en otro piso diferente al que ocupan los otros tres amigos. Mientras disfrutan de la noche aseguran que les gusta mucho Vigo, y la belga puntualiza: «Mi país también sufre muchas restricciones».

A las 22.50 horas, el centro de Vigo está casi desierto. Los bares bajan la verja y los transeúntes apuran el paso camino de casa antes del toque de queda.