Cachamuíña se atribuye en solitario la reconquista de la villa de Vigo

Jorge Lamas Dono
jorge lamas VIGO / LA VOZ

VIGO

cedida

En una carta dirigida al rey, el héroe no menciona a ningún otro personaje de la gesta

03 nov 2020 . Actualizado a las 01:45 h.

La Reconquista de Vigo, en marzo de 1809, fue una acción en la que los egos de los protagonistas jugaron un papel destacado. Las fuertes personalidades de Morillo, Tenreiro, Juan Rosendo, Cayetano Limia o el teniente Almeida provocaron tensiones en el bando español antes del ataque a las murallas de Vigo. Sin embargo, hasta ahora no se había situado a Bernardo González del Valle, Cachamuíña, entre los personajes que habían querido adquirir un protagonismo personal en aquella acción colectiva.

El Archivo Histórico Nacional guarda un documento firmado por Bernardo González, que va dirigido al rey Fernando VII, a través de la Junta Suprema, en el que se atribuye la conquista de la plaza de Vigo, y no nombra a ninguno de las otras figuras, ni siquiera a Pablo Morillo, sobre quien se descargó la responsabilidad de capitanear las tropas de militares y paisanos.

En la carta, datada el 4 de abril de 1809, Cachamuíña explica que el marqués de la Romana le había encargado reunir en el interior de Galicia a los soldados dispersos y extraviados, «nombrándome al mismo tiempo comandante general de toda la gente armada del reino que concurriese a la defensa común de la patria y religión». Añade que «en vista de estas amplias facultades», reunió soldados y paisanos, «organicé batallones, ataqué al enemigo en varios puntos y conseguí destruirle y despojarle de ellos». El marqués de la Romana, comandante general del único ejército español en Galicia en aquel momento, había comisionado a varios oficiales para realizar esas tareas, entre ellos a Cachamuíña y al capitán Colombo, otro de los protagonistas de la Reconquista.

Ya en Vigo, señala Bernardo González que se propuso poner asedio a la plaza [que ya estaba asediada por los paisanos liderados por Tenreiro y otros líderes], «y este movimiento realicé el 26 del próximo marzo». «Yntimo al general francés su rendición y, su rebelde pertinacia y sospechosa ynacción, me estimula a redoblar los esfuerzos», deja por escrito el héroe de la Gamboa. Sí está constatado que primero Tenreiro y después él solicitaron a Chalot la rendición de la plaza, pero también señalan las investigaciones realizadas hasta ahora que fue Pablo Morillo el último en reclamar la rendición francesa. De hecho, este teniente enviado por la Junta Central a Galicia, fue ascendido a coronel en aquel momento para negociar de tú a tú con el coronel francés. En cualquier caso, desde el 26 de marzo será Morillo quien ejerza el liderazgo pleno de todos los españoles.

«El 27, a las 7 de la tarde, mando romper el fuego y este continua mui vivo hasta las 10 de la noche», continúa relatando en su misiva al rey. «La resistencia del enemigo a fuego de cañón y granadas desde los castillos y baluartes es un superior aliciente que ynflama el maior ardor en nuestros soldados y, al final, 400 hombres que asaltan en medio del yncesante fuego enemigo y tremolar sobre sus muros el real estandarte de nuestro amado Fernando, lo ponen en la dura precisión de firmar las capitulaciones puestas por mi», señala, cuando la documentación correspondiente a la capitulación de la plaza aparecen firmadas por parte española por el ya coronel Pablo Morillo y por la francesa, por el coronel Chalot.

En el relato del capitán de granaderos Bernardo González del Valle se dice que fueron hechos prisioneros 1.500 franceses, y que fueron llevados a los barcos ingleses para su traslado a Inglaterra. Después, brevemente, recuerda el amago de contrataque realizado por las tropas francesas procedentes de Tui. A la hora de hacer balance se hace un poco confuso el relato porque Cachamuíña dice que tuvo entre sus filas siete muertos y 18 heridos, cuando actualmente se eleva a cerca de treinta los fallecidos entre las tropas asaltantes. «Yncluso yo que reciví quatro balazos, y aunque herido y estropeado quedo lleno de gloria por haber obtenido un éxito tan feliz a las armas españolas, aumentándose mis satisfacciones al quedar mandando en xefe esta plaza por aclamación de su ayuntamiento en vista de las órdenes del excelentísimo señor Marqués de la Romana que patentizé», señala el militar ourensano, sin especificar que había sido herido en la puerta de la Gamboa. Finaliza su carta, advirtiendo a las autoridades centrales que había enviado tropas al asedio de Tui. La carta desvela una nueva visión de uno de los héroes de la Reconquista de Vigo, mostrando sus aspiraciones dentro del ejército.