Al otro lado del Miño se puede hacer una compra «low-cost» y quedar como un anfitrión diez

VIGO

Los españoles aprovechan su visita al país luso para montarse una cesta con productos frescos a precio de ganga

04 oct 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Una de las tendencias frecuentes para los incondicionales de las ferias portuguesas es aprovechar la visita para hacer una buena cesta, a base de materias primas de la huerta y productos frescos a precio de ganga. Recorrer los pasillos precisos y consultar a los feriantes adecuados puede suponer un ahorro importante.

Mangas del Algarve por tres euros el kilo, melonas de Póvoa do Varzím a un euro la pieza, fresas de fin de temporada a 2,5 el kilo, cebollas, zanahorias y patatas por debajo de un euro el kilo y tomates de la huerta del Alentejo (en sus diferentes variantes) en torno al euro. Basta cruzar el Miño y quedarse en la orilla sur para hacer una compra inteligente y quedar luego como un anfitrión diez.

Entre los productos de la feria, no pueden faltar los afamados queijos lusos. Concepçao y Francisco son dos vendedores que ofrecían ayer en Vila Nova de Cerveira las bolas de queso de diferentes variedades y sabores a un precio que oscilaban entre los 5 y 7 euros. Son típicos también los tarros de compota y de miel de fabricación casera, deliciosos productos que se puedan adquirir por solo dos euros. En las ferias lusas hay todo tipo de alimentos típicos del país, desde el bacalao a la galinha.

También son visita habitual de quienes hacen una escapada al norte luso los supermercados, que pueden ofrecer los mismos artículos que en Galicia más rebajados de precio. «En cuanto acabe me voy al Continente. Siempre encuentro algún vino de oferta y unos postres riquísimos», destaca Alfredo Márquez, que ya conoce las estanterías precisos que recorrer.

Vinos y aceites son objeto de deseo en los súper. Un vinho verde de referencia no sobrepasa los tres euros. El aceite en botella de vidrio virgen extra se vendía ayer a 2,49. Y no estaba de oferta.