El triple accidente mortal de Teis acabará como máximo con una multa de 2.700 euros

e. v. pita VIGO

VIGO

M.MORALEJO

El conductor de 18 años, ausente hoy en el juicio, pidió perdón a las familias de los tres amigos fallecidos y alegó que la bionda del tramo de Teis de la AP-9 era muy endeble para frenar al coche

24 sep 2020 . Actualizado a las 19:06 h.

Bieito, Sofía y Sara, alumnos del IES Mendiño de Redondela, perdieron la vida a los 17 años en un accidente de tráfico en la AP-9, en el barrio vigués de Teis, el 29 de mayo del 2019. El juicio contra su amigo y conductor, de 18 años, se ha celebrado hoy en Vigo y el fiscal de Seguridad Vial, Carlos Gil, ha pedido que el implicado pague una multa de 2.700 euros por tres delitos leves de homicidio por imprudencia menos grave y otro de lesiones. Este es el máximo castigo posible por este siniestro mortal, en el que solo sobrevivieron el copiloto y el conductor Marcos M.V., quien había aprobado el carné un mes antes.

La Fiscalía también reclama que la jueza le prive del carné de conducir durante 18 meses. Si es insolvente y no puede pagar la multa, propone que se le imponga la localización permanente o que realice trabajos comunitarios. Para la Fiscalía, el joven cometió una imprudencia al circular con exceso de velocidad, lo que le impidió controlar el coche cuando dio un volantazo para rectificar y volver a su carril.

El juicio se ha celebrado en el Juzgado de Instrucción número 5 de Vigo. Asistieron la madre de Sara, única de las familias que reclama pues los demás perjudicados renunciaron tras llegar a un acuerdo de indemnización. En la vista también estaban presentes los padres de Sofía, la otra menor fallecida en el siniestro junto a su amigo Bieito.

El fiscal sostiene que el conductor circulaba con exceso de velocidad, pues iba a 138 kilómetros por hora en un tramo limitado a cien, y que, de haber ido a cien, podría haber controlado el coche y evitado la colisión. Recalca que la infracción ya estaba cometida cuando el Peugeot 206 impactó contra una bionda que hizo de trampolín y lanzó el vehículo contra un pilar.

El acusado, que no acudió al juicio, pidió, a través de su abogado, perdón a las víctimas. En su defensa, alega que la bionda era más endeble de lo recomendado para ese tramo de la AP-9 y no soportó la carga del coche porque su grado de contención no era el adecuado para la vía. El quitamiedos, en vez de devolverlo a la carretera, lo lanzó por el aire. Su aseguradora trajo a declarar a un perito que cree que la bionda debería tener un nivel de seguridad mayor y soportar los impactos de coche que circulasen a velocidades de 166 kilómetros por hora e incluso de 310.

La defensa solicitó la libre absolución porque cree que este accidente debería seguir la vía civil. Alternativamente, propuso que, si es condenado, solo sea por el homicidio imprudente de Sara, pues es la única familia que no retiró su reclamación. Como mucho, debería imponérsele una pena mínima de 270 euros. El abogado de la madre de Sara replicó: «No perdamos el norte de que aquí han muerto tres personas».

«Una arenilla en el dolor»

El padrastro de Sara, a la que cuidó nueve años, dijo en el juicio que la multa y perder el carné 18 meses «no impactará en la vida de un chaval de 18 años, es lo mínimo con que puede desagraviar a las familias, esa multa solo nos quitará una arenilla en el dolor que tenemos. Si fuese mi hijo, aceptaría 18 meses, pediría perdón y me lo llevaría a casa. Nosotros vamos al cementerio [a ver a Sara]».

Xoán Carlos Gil

El conductor, en una carta leída en su ausencia, asumió el informe de los investigadores de Tráfico del laboratorio de reconstrucción de accidentes de Mérida (Dirat) y del puesto de O Porriño que vieron inexperiencia del conductor combinada con exceso de velocidad. El procesado destaca que la huella de frenada redujo la velocidad a 117 o 129 km/h. Dice que iban hacia Vigo, que sintió una especie de resalto, y que al adelantar hizo una maniobra brusca con exceso de velocidad, que corrigió la trayectoria con un giro de volante y le hizo perder el control. Derrapó hacia la bionda, que cedió, el coche giró como un torno, dio vueltas de campana, impactó contra el pilar, volcó en la mediana y se hundió el techo. Subrayó que no iba ebrio, ni drogado ni hablaba por el móvil, y que una barrera que cumpliese el reglamento habría devuelto el coche al carril. Agradeció la comprensión de las familias de Bieito y Sofía, y entiende a la de Sara. «Pido perdón por el irreparable daño causado», dijo.

El copiloto José R. declaró que, tras adelantar, hubo un volantazo, se fueron contra la bionda «y no recuerdo más». Confirmó que nadie habló por el móvil. Otro conductor dice que él iba a 120 km/h cuando lo rebasaron. Y los ocupantes de otro vehículo oyeron un «enorme estruendo» y les cayó encima del capó una lluvia de restos metálicos y cristales pequeños y uno de ellos entró en la boca de una viajera que llevaba bajada la ventanilla.