El Hospital Povisa releva a su gerente

VIGO

María Luisa Brandt, a la derecha, con Elisa Tarazona, directora asistencial del Grupo Ribera Salud
María Luisa Brandt, a la derecha, con Elisa Tarazona, directora asistencial del Grupo Ribera Salud M.MORALEJO

María Luisa Brandt provenía del Sergas y lideró el choque del hospital con Sanidade en la época del preconcurso de acreedores

23 sep 2020 . Actualizado a las 13:02 h.

María Luisa Brandt ha abandonado hoy la gerencia del Hospital Povisa, según ha comunicado el centro sanitario esta mañana a toda la plantilla. Ella misma ha enviado a la segunda empresa privada con más trabajadores de Vigo una carta de despedida. Esta ingeniera se había incorporado al hospital en octubre del 2017 a un cargo que hasta ese momento no existía. Sus funciones las asumirá de manera interina José David Zafrilla, el director de operaciones de Ribera Salud, el grupo de capital norteamericano dueño de Povisa. Zafrilla ha sido una de las personas que han tutelado la integración de Povisa en Ribera desde su compra, en diciembre del año pasado.

Antes de ser gerente en Povisa, Brandt llevaba ocho años como gerente de la empresa pública Galaria, una sociedad que presta servicios para el Sergas, entre ellos la radioterapia o la medicina nuclear del Meixoeiro y, antes, la resonancia, la cirugía cardíaca y la hemodinámica. Su salto desde Sanidade a Povisa marcó su trayectoria al frente del hospital, porque se produjo en una época en la que los desacuerdos entre las dos partes eran constantes. Y tenían como objeto el concierto firmado en el 2014 para que el centro sanitario vigués sea el hospital de referencia para unas 135.000, el único privado de Galicia con un concierto de estas características.

Un año después de la llegada de Brandt, Povisa entró en preconcurso de acreedores y culpó al Servizo Galego de Saúde de toda su deuda. A ello siguieron tres meses de frenéticas negociaciones que, en el caso de Povisa, lideró la propia María Luisa Brandt con sus antiguos jefes. Ese proceso resultó en una mejora del concierto: Povisa cobra menos (505 euros por cada paciente asignado) pero está liberado de buena parte del gasto farmacéutico. Se evitó el concurso de acreedores aunque la propia gerente explicó que el acuerdo solo serviría para no perder dinero si conseguían incrementar la actividad privada.

Nueve meses después de concluir aquellas negociaciones, se produjo la venta del hospital al grupo valenciano. Fue una operación por la que el Grupo Nosa Terra, de la familia Silveira, se desprendió de todas sus acciones en la empresa Povisa, el 93 % de la propiedad. En aquel momento, el acuerdo contemplaba el mantenimiento temporal de José Bernardo Silveira y su equipo, una transición que habría de durar en torno a un año. Silveira pasó a ser director general y Brandt se mantuvo como gerente.

La epidemia del coronavirus ha retrasado muchos de los planes de Ribera Salud en Povisa, pero el grupo ha ido haciendo cambios de manera continua. Cambió el consejo de administración. Nombró al anestesista Rafael Cabadas director asistencial del hospital y, por lo tanto, responsable del día a día en todo lo que tiene que ver con los servicios sanitarios. En las últimas semanas, también se ha producido el relevo efectivo de la directora de enfermería, María Antonia Muñoz, por Cristina Serra. Ahora Brandt se va de la gerencia porque así se había acordado en el proceso de venta, según ha trasladado a la plantilla. Hay nuevos nombres, pero más allá de ellos, Ribera ha ido implementando su propia manera de gestionar el hospital, al estilo de los otros centros sanitarios que tiene en la Comunidad Valenciana y Madrid.

En una carta a la plantilla, Brandt dice que en esa nueva organización su función como gerente «ya no tiene cabida». Hace un repaso por toda su etapa, desde la «situación crítica» del preconcurso de acreedores. Señala que las listas de espera están «con pandemia y todo, en unos niveles extraordinariamente bajos». Alaba el trabajo de la plantilla y aplaude la decisión de «apostar también por mejorar nuestra atención a los pacientes privados», en referencia a los ciudadanos que el hospital atiende al margen del concierto con el Sergas. «Entré en una empresa que atravesaba una situación económica límite y salgo de ella con la tranquilidad de que se queda con un esperanzador futuro por delante. Creo que, a pesar de lo duro que ha sido, el recorrido ha merecido la pena», resume.