La ruta más golosa de Vigo: las pastelerías que no te puedes perder

Laura Míguez Rúa
L. Míguez VIGO

VIGO

Oscar Vázquez

Cada barrio tiene al menos una y cada vigués su postre favorito, pero hacemos aquí un repaso por algunas de las mejores: bombones de maestros chocolateros, mostradores con siete tipos de croisants, las palmeras con el hojaldre más tierno o las ya tradicionales tortas son algunos de los dulces que no pueden faltar en la lista

17 sep 2020 . Actualizado a las 00:14 h.

Para gustos colores y para golosos... ruta de pastelerías por Vigo. Aunque los paladares son de lo más variopintos en la ciudad y en cada barrio hay un local de referencia donde todo parece ser inimitable, hoy nos vamos de recorrido por algunos de los mejores dulces de la ciudad.

El Molino (Urzáiz, 102 y otros tres locales) es todo un referente entre los golosos más selectos de Vigo. Su tradición se remonta a unos 60 o 70 años atrás, así que pueden presumir de haber endulzado la vida de más de una generación de vigueses. Desde hace tres décadas funciona bajo la batuta de Dolores Fernández, que no ha dejado de ampliar el negocio y tienen hasta su propio pazo para eventos, la Casona da Torre en Redondela. Sobre las especialidades de su obrador, situado en el local de Urzáiz y al que se unen otros en Colón, Camelias y A Laxe, destaca el mundo del chocolate. «Trabajamos con el mejor chocolate del mundo, tenemos como proveedor al exclusivo Valrhona, que incluye charlas y talleres para sus clientes y cuida el origen al detalle, incluyendo un cacao de comercio justo con el que ayudan a las poblaciones recolectoras», cuenta esta experta en los gustos de los vigueses. Sus trufas y bombones son totalmente artesanos, ya que tienen un maestro bombonero, y presumen de ser de las pocas pastelerías de Galicia en manufacturar estos dulces. 

Junto a ellos y las clásicas tejas bañadas en chocolate y frutos secos en El Molino aseguran que lo que más triunfa son los semifríos, su tarta de té solo recibe halagos y cada día trabajan por hacer dulces más ligeros y con más frutas, que es la tendencia actual. «El camino ahora es rebajar la cantidad de azúcar, apostar por purés o frutas cuyo sabor destaca y se disfruta más y menos cremas y más natural. La verdad es que tras la vuelta de la pandemia estamos igual de ilusionados que siempre, tengo un equipo que es excepcional, tanto en el obrador como en las tiendas», cuenta con orgullo esta empresaria, cuyos locales ofrecen todo tipo de repostería apta para todos los gustos y precios. 

Oscar Vázquez

Si queremos añadir a la ruta golosa una parada que apueste por la innovación entonces hay que pedir una caja de mini croisants en El Trigal (Alexandre Bóveda, 1). Allí Amelia Durán, hija del que lleva 25 años siendo gerente, puede presumir de tener siete tipos de croisants para satisfacer las papilas gustativas de los que tienen ganas de innovar. «Hay con mantequilla, integral, relleno de nutella, de chía y quinoa... de todo. Y cada mes hacemos una edición especial, este septiembre de té macha yen Navidades de jengibre y praliné, por ejemplo. Todos los tenemos en versión grande y mini y se ha convertido en un habitual que la gente los lleve variados en caja, para una merienda o para la oficina». 

Para garantizar que salen deliciosos, explican que cuentan con cuatro turnos de pasteleros que trabajan las 24 horas para que todo salga recién hecho. «Todo lo hacemos artesano y eso se nota en el sabor y en el precio. Hacer un hojaldre por ejemplo solo el reposado son sie s horas. La masa del croisant tarda mucho: se mezclan ingredientes, luego se lamina, va en bloque a las cámaras de fermentación y se recorta y se hacen a mano. En cada tanda salen unos 200 y tienen muchísimo éxito», apuntan desde la pastelería, que también tiene una pequeña tienda en la sede del Celta en Príncipe. 

Entre sus clientes hay gustos de todo tipo, muchos se apuntan a su pastelería vegana, a las opciones bajas en azúcar, a la línea de galletas artesanales con harinas integrales... Y todo ello sin mencionar las tradicionales monas de pascua que en los tiempos de Semana Santa le llevan a crear una escultura gigante todos los años en su pastelería para disfrute y deleite de los miles de golosos que acuden cada día. 

De masas también saben un rato en la pastelería La Madrileña (Rosalía de Castro, 54), fundada en 1874 y que está ahora en manos de Ana Carballo Currás, hija del antiguo dueño. Desde su local en Rosalía reparten por numerosos restaraurantes y tiendas de Vigo y además de unos panes deliciosos son de los que se apuntan al roscón sin tener que ser fechas señaladas. En su obrador esta masa se hace cada día de lunes a domingo y se usa también para la deliciosa empanada de manzana que se puede encontrar en sus mostradores. Aunque de lo que más prefieren presumir es de su bica mantecada. «Es una de nuestras especialidades y tiene mucho éxito entre la gente, eso y las milhojas de nata y crema o la tarta de almendras», destacan desde este horno tradicional. 

Zaira Novas

Tradicionales son también las recetas en las que se basa la línea Atlántica que ofrencen en las pastelerías de Sémola, que se ha instaurado en la ciudad hace ya unos años con una estética muy personalizada y unos escaparates donde es difícil contener la mandíbula. En esta línea de recuperar postres antiguos trabajan con melindres, rosquellas hojaldradas, galletas de castaña con sal maldon y bica de castañas con manteca de vaca. Para su dueña, Estefanía Francos, uno de los puntos fuertes de sus locales, además de la original puesta en escena que corre de la mano de su marido diseñador, son los brioches. «A la gente le encanta y es algo que nos identifica mucho, es un producto que tarda tres días en hacerlo y funciona muy bien, sale jueves y viernes recién hecho y lleva ingredientes de alta calidad, como la mantequilla Corman. Cosas así marcan la diferencia», cuenta esta hija de panaderos, que destaca también el éxito que obtiene su tarta de doble chocolate en las fiestas infantiles y en las mesas de los más golosos o sus famosas palmeras de hojaldre, que se pueden tomar recién hechas los lunes miércoles y viernes. 

La marca tiene ya tres establecimientos (Marqués de Valladares, 14, Avenida de Camelias, 62 y Porta do Sol, 10) y no deja de formarse. «No somos un local de repostería creativa, somos una pastelería tradicional aunque tenemos de todo un poco. Nuestros croisants tienen también mucho éxito, vino un experto premiado de Barcelona, Lluis Costas, a darnos un curso en las mejores técnicas para aumentar el laminado y la calidad del pdoructo. Es un referente del que podemos presumir», cuenta Estefanía Francos. 

Si se trata de presumir de éxito entre los vigueses, sin duda hay que mencionar a la famosa La torta, especialmente la de nata, que desde hace ya años se ha hecho un hueco en las mesas de la ciudad a la hora del postre. Su fama llevó a los responsables a montar su propia fábrica en O Porriño y una red de franquicias. Hoy se puede comprar en diferentes puntos, desde la panadería de la Avenida de Madrid a la confitería La Imperial en la Avenida del aeropuerto. 

M.MORALEJO

Otro clásico con el que todo local ha disfrutado son los gigantes merengues de El buen gusto, en el paseo de Alfonso XII, los croisants recién hechos de madrugada tras salir de marcha por Churruca que se venden en Solla, o la tradicional tarta Llanderas, que se puede degustar en Ramos o el roscón de Porto Panaderos, un clásico entre las peticiones de los amantes del dulce de la ciudad. 

Y para ti, ¿cuál es la mejor pastelería y el mejor dulce de Vigo? Amplía la lista con tu local de favorito en el apartado de opiniones.