«En la bici voy concentrado. Todo lo que me propongo lo consigo»

Lucas Méndez VIGO

VIGO

M.MORALEJO

El joven pontareano es un todoterreno: bici, natación, triatlón y dotes artísticas

29 ago 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Borja Gómez Méndez (Ponteareas, 2002) solo deja de sonreír cuando se pone a pedalear en carrera. La concentración da paso al reto y, como bien dice, todo lo que se propone lo consigue. Con el ciclismo descubrió su verdadera pasión, pero no la única. Incapaz de quedarse quieto, ha probado todas las disciplinas y cultivado una faceta artística con la que deja claro que no existen barreras ni prejuicios.

-¿Cómo fue la subida de Arnoia?

-Fue dura, muy dura, aunque no me costó. Media hora antes subimos para probar el recorrido y quise ir hasta arriba. A falta de cincuenta metros no nos quedaba tiempo y dimos vuelta. Bebí un poco y ya cogí la salida. La gente me animaba aunque me concentro en la bici y no veo a nadie.

-¿Qué significado le da a la bici ?

-Para mí es competir, me pone muy feliz. Me encanta entrenar con mi club de Ponteareas y con Richi, un amigo. Siempre me dice que o le doy caña o saca una bimbia para que apriete. Me lleva a sitios duros, no vamos de paseo, eh. También mi primo Xano hace ciclismo y vamos a entrenar en una pista.

-También tiene en mente hacer un triatlón. ¿Quién le animó?

-Ya hago natación y bici, solo me queda correr y quiero hacerlo. Todo fue porque mi primo Jesu y su amigo Javi me picaron y me animaron. También me lo dijo mi profesor de Educación Física, Ramón Troncoso. Me conoce bien, en clase me pone pruebas muy duras y me dijo que probase con el triatlón. Yo quiero correr como ellos.

-¿Va a retomar la natación?

-La piscina estuvo cerrada pero voy a volver a empezar. Tengo muchas ganas.

-¿Cómo fue entrenar en casa?

-Mi padre me hizo un circuito con unas tablas y unos saltos y pude coger la bici. Aquí también tengo una cuesta dura, dura. Hice muchas horas de rodillo, subí y bajé escaleras e hice ejercicios que me manda mi preparador Guille Carballido. Tengo una goma para hacer ejercicios al volver de entrenar. Fui haciendo tablas de ejercicios y de estiramientos para no estar parado. Aun así siempre prefiero salir por fuera con la bici.

-Lo siguiente es retomar todas las actividades, ¿no? -Ahora toca volver al colegio para hacer ejercicios con Ramón y otro deportes como fútbol o baloncesto. El ciclismo está parado y volveré a Igualarte, también tengo ganas. Ahí estoy tranquilo, con mis amigos, puedo pintar, tocar el tambor...

-No le queda ningún deporte por practicar, entonces.

-He practicado todos. Hay algunos que no me gustan tanto, como el fútbol. Primero la bici, me gusta entrenar. Voy al monte, hago ciclocrós, carretera y también descanso, eh. Ahora me empieza a gustar la carretera pero sobre todo el ciclocrós. El barro, el agua, mancharme las piernas, tener barro hasta la cabeza... Ahí salto, peleo contra todo, me caigo, me levanto y sigo adelante. Cada carrera que empiezo, la acabo.

-Mucho le gusta para que no le cueste madrugar con frío y lluvia.

-Me levanto a las 6, aunque llueva salgo igual. Muchas veces mi padre no quiere pero le animo. En cama no me quedo.

-Pontevedra y Legazpi. ¿Con qué campeonato de España se queda?

-En Pontevedra fui con la selección gallega, fue complicada y acabé llorando de la emoción al ver toda la gente que había venido a animarme. En Legazpi había una subida durísima, me empapé, rompí una zapatilla y la bici y tuve que pasar por boxes para cambiarla. La acabé con la bici en la mano.

-¿Qué siente cuando cruza la meta?

-Me relajo y suelto la bici. Me quedo contento al ver a mis padres, a mi hermana Alicia, cómo todos me animan en la meta. También me gusta cuando viene a verme mi abuelo Xano y el tío Luis, que me llama para animarme antes de cada competición.

«Me quedan por subir las Dolomitas del Giro»

Aunque todo lo haga pensando en el deporte, a Borja le quedan horas del día para probar otras actividades.

—También tiene tiempo para la faceta artística. ¿Qué hace en la Fundación Igualarte?

—Voy los viernes. Salgo del colegio, cojo el autobús y al bajar llamo por teléfono a mis padres o a mi hermana para avisar que llegué. Me gusta ir porque allí pinto, tengo clases de música y actúo.

—Incluso tuvo una incursión en la gran pantalla. ¿Cómo fue eso de salir en una película?

— Fue hace tiempo, era una peli de policías. Me acuerdo que Pepe, el protagonista, fumaba mucho. Yo no fumo, no quiero eso por el deporte, es muy malo. Tengo un amigo que tuvo un susto con el tabaco y le dije que sacase eso, que es malo.

—¿Cómo es su alimentación y el descanso después de los entrenamientos o las carreras?

—Como poco... (Dice mientras su padre Calis niega con la cabeza).Un plato pequeño de pasta. En las concentraciones me dan ensalada, pasta, filetes, huevos fritos. A veces patatas fritas. Cuando voy a entrenar, desayuno unas tostadas con aceite, a veces con aguacate y un yogurt con arándanos, avena y cereales para salir a tope.

—Ahora también va a hacer etapas del Camino de Santiago con Discamino.

—Me lo paso genial, en Discamino son todos mis amigos. Voy a hacer un tramo desde Arzúa, llegaremos mañana a Santiago. Hay un ambiente genial. Mi amigo Chema me llama Jorbas, Borja al revés. A mí me encanta ayudar a otros chicos, los llevo a la ducha, les ayudo a vestirse y a subir al furgón antes de las etapas.

—Se va a especializar en subidas. ¿Qué puertos le quedan?

—Con Discamino fui a los Alpes, a los Pirineos, ya hice el Camino y nos quedan las del Giro, las Dolomitas, e ir a Bélgica. Espero que el virus me deje hacerlo pronto. Ahora tenemos un furgón con el que podemos cambiarnos, vamos todos ahí y lo pasamos bien.