El Casco Vello respalda la ordenanza del Valedor contra los locales ruidosos

Luis Carlos Llera Llorente
luis carlos llera VIGO / LA VOZ

VIGO

M.MORALEJO

Los vecinos alertan del repunte de botellones en verano tras el confinamiento. Los hosteleros de Zona Náutico pretenden cerrar a las tres de la madrugada

08 ago 2020 . Actualizado a las 13:47 h.

Los vecinos del Casco Vello, que llevan años exigiendo un mayor control de los ruidos, apoyan la nueva ordenanza para combatirlos que ha propuesto el Valedor do Cidadán. Entre las medidas que ha planteado Luis Espada en su informe sobre la contaminación acústica figura que los propietarios de los locales de más de 80 decibelios estén obligados a colocar en un lugar visible un cartel indicativo. Además, que alerten de la prohibición de consumir las bebidas en la calle y que el Concello obligue a contratar una persona encargada de la vigilancia para evitar el problema cuando las denuncias de los residentes son reiteradas.

Fiz Axeitos, portavoz de la Asociación Veciñal Casco Vello, opina que un establecimiento ponga música por encima de los 80 decibelios é una «barbaridade absoluta» ya que atenta con la salud de esos trabajadores. «Unha cousa é música ambiental e outra música de baile en locales que ademais non teñen licencia para iso», dice. Recalca que por eso poner un identificador de local ruidoso «pode ser», pero ningún local del Casco Vello tiene las características adecuadas para emitir música a esa volumen y que no salga a la calle porque hay que recordar que «o límite para as vivendas é de 30 decibelios».

El colectivo del Casco Vello apoya las medidas del Valedor, aunque señala que ya existe la normativa de no sacar bebidas a la calle. «Está o problema das terrazas xa que estas se convertiron en locales», especialmente en Montero Ríos, Alameda y en el Casco Vello. Con el covid-19 y para evitar contagios en el interior de los bares, el número de personas que está en la vía pública ha aumentado y también los botellones. En su opinión, la prohibición no da resultado y está repuntando en el centro, donde grupos de jóvenes se reúnen a beber y a charlar aprovechando el buen tiempo por las noches.

Aunque no se pueden sacar bebidas a la calle, muchos clientes de locales lo hacen con impunidad. «Un local non te pode deixar sacar a consumición na rúa e non o controlan», dice el portavoz vecinal, que reclama un mayor número de inspecciones. Axeitos recuerda que formar parte de alguna entidad cultural o religiosa no puede ser una patente para producir ruido por encima de los niveles permitidos.

Vecinos de la zona como Iago corroboran que muchos bares del casco histórico ponen la música alta sin permiso para hacerlo. Además, destaca que el problema es el jaleo que se monta en la calle cuando los grupos de clientes se ponen a conversar a gritos. «Pediría una mayor vigilancia de la policía y de Urbanismo en cuanto a licencias».

En cambio, Rubén Pérez, presidente de la asociación hostelera Zona Náutico, sostiene que el botellón está ahora «muy controlado» porque «los chavales no salen tanto como antes». Han pedido al Concello que las terrazas puedan cerrar a las tres de la madrugada en verano. No han tenido respuesta.