La festividad religiosa se trasladó del 28 de marzo al primer domingo de agosto

VIGO

02 ago 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

La procesión del Cristo de la Victoria comenzó realizándose el 28 de marzo de 1810 como acción de gracias por la victoria sobre los franceses un año antes, aunque el nombre de la escultura ya existía desde un siglo antes. Las suspensiones debido a las inclemencias meteorológicas y a la coincidencia con la celebración de la Semana Santa provocaron varios cambios a lo largo de la historia.

La segunda fecha fue el primer domingo después del domingo de Resurrección, pero tampoco se evitó que el mal tiempo impidiese en alguna ocasión suspender el acto religioso. En la sesión municipal del 12 de abril de 1866, la corporación viguesa decidió trasladar la fecha al primer domingo de junio.

Fue el alcalde Cristino Piñeiro quien propuso el cambio. «Así como sucedió este año, hay necesidad de suspender la procesión para otro día por efecto del mal temporal», explicaba el primer regidor. Añadía que debido al cambio se dañaba «la solemnidad y lucimiento» del día señalado «porque es menor la concurrencia de los pueblos inmediatos». La corporación, considerando justas las observaciones del alcalde, acordó que en los años sucesivos se verificase en el primer domingo del mes de junio, empezando a efectuarse en 1867.

La última variación en la fecha de celebración se produjo en 1883, cuando se pasó la procesión del Cristo de la Victoria al primer domingo del mes de agosto, aunque ya se separaba de la conmemoración de la Reconquista.

Como ocurre hoy en día, a partir de entonces se recuperó el día original de la Reconquista, el 28 de marzo, aunque con actos muy sencillos. La sociedad La Oliva y el propio Concello de Vigo se encargaban de organizar aquellos actos. Así que hasta 1883, la procesión fue suspendida en varias ocasiones debido al mal tiempo. Y partir de esa fecha también hubo dos suspensiones más.

En 1934 tampoco salió a la calle a pesar de que todo estaba dispuesto dos horas antes. La gran cantidad de lluvia que comenzó a caer a las siete de la tarde obligó a frenar la comitiva. Dicen las crónicas de la época que la lluvia cayó con gran contundencia hasta las nueve de la noche.

La otra suspensión acontecida en el siglo XX estuvo motivada por la sublevación militar de julio de 1936. Al estar suspendidas todas las actividades públicas, la procesión no pudo salir en su día. Recuerda Montserrat Rodríguez Paz, en su libro Santa María de Vigo, que la cofradía del Cristo de la Victoria pudo sacar la imagen a las calles de Vigo el 25 de octubre en una celebración dedicada a Cristo Rey.