Tensión en la primera romería de Santa Marta de Ribarteme sin ataúdes

VIGO

Óscar Vázquez

Un miembro del consejo parroquial impide la entrada a un grupo de personas y cierra la iglesia

29 jul 2020 . Actualizado a las 22:37 h.

Tensión es lo que se vivió en la celebración de Santa Marta de Ribarteme, en el municipio pontevedrés de As Neves. La ausencia de la tradicional romería con el desfile de ataúdes abiertos dejó a la santa desvalida. Apenas un par de rosquilleros y un puesto de velas y exvotos componían la oferta callejera. Los fieles se limitaron a los vecinos de la parroquia y, por si fuera poco, la divisiones quedaron patentes como nunca antes se habían visto. La mayor crispación se produjo cuando Ricardo Carballo da Silva, miembro del consejo parroquial, impidió la entrada en la iglesia a un grupo de gente y a los medios de comunicación que intentaban hacer su trabajo como viene siendo habitual todos los años. No solo eso, sino que a las 13.15 horas cerró la puerta del templo a cal y canto, pese que en la programación estaba previsto que se hiciera a las 14.00 para permitir la visita de romeros y fieles. Esta persona es la designada por el párroco, con otras dos, para administrar y gestionar asuntos como la romería y la economía parroquial.

Loa vecinos requirieron la presencia de la Guardia Civil, que una vez en el lugar identificó a una persona que había propinado empujones a los periodistas. A última hora de la tarde el párroco canceló la misa que iba a tener lugar a las 20.00 horas y dos del jueves, según dijo en una nota, por motivos de seguridad.

Los vecinos descontentos con la gestión del nuevo párroco se manifestaron pacíficamente en las inmediaciones de la iglesia con pancartas en las que se podía leer: «Queremos la iglesia como la recordamos», «el pueblo tiene voz y voto, la iglesia es de todos»,, « no queremos que se pierdan nuestras tradiciones» y «Santa Marta en su altar queremos explicaciones».

Este sector de la población reclama que se vuelva a situar a la santa en el altar mayor de la iglesia como estuvo siempre, en lugar de colocarla en un lateral. La explicación que da el párroco es que en su lugar se ha situado a San José por ser el patrón de la parroquia.

La celebración estuvo en todo momento custodiada por miembros del llamado servicio de santuario, que se encargaba de controlar el aforo de la iglesia antes de que cerrara sus puertas. Un servicio privado controlaba el orden, junto con Protección Civil de Ponteareas y la Guardia Civil.

Por los demás, la celebración transcurrió sin incidentes, con misas durante la mañana bajo una carpa colocada en las inmediaciones de la iglesia en memoria de los afectados por el coronavirus, por el pueblo venezolano y la solemne de las doce. De forma simultánea se habían programado las visitas al interior de la iglesia entre las 9.00 y las 14.00 horas con aforo limitado y previa desinfección en la puerta.