«El registro va a provocar un nuevo encierro; la gente se quedará en casa»

VIGO

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El alcalde de Valença lamenta que la Xunta no le haya consultado su nueva normativa

03 ago 2020 . Actualizado a las 19:07 h.

«¿Y nosotros qué?», se preguntó la gallega Nuria Ferrín cuando conoció que la nueva normativa de la Xunta obliga a los vecinos de la Raia a registrar sus viajes a Portugal. Es vecina de Salvaterra y cruza todos los días la frontera para ir al supermercado o comprar el pan. Ferrín se puso en contacto con el Sergas y descubrió que ella también debía dejar constancia de sus visitas al país luso.

«No es un trámite laborioso, pero todavía están modificando la web», destaca la vecina de Salvaterra, según lo que le comentaron desde el Servicio de Saúde. Su marido, Valentín Rodríguez, trabaja en Mos y debe citarse con sus clientes al otro lado de la frontera, por lo que también apuró los trámites para que ambos se pudiesen desplazar de un lado al otro de la frontera bajo circunstancias legales.

Los trabajadores transfronterizos de las eurocidades se sorprendieron al descubrir que ellos también están obligados a registrar sus desplazamientos hasta el otro lado de la frontera, aunque sea parte de su rutina laboral.

«No esperaba que el Gobierno gallego tomase esta decisión sin hablar con las autoridades locales lusas previamente», dice Manuel Lopes, alcalde de Valença. «Me ha cogido por sorpresa», confiesa el responsable de la Câmara Municipal.

Lopes considera que esta nueva medida implantada por la Xunta «no está bien estudiada» ya que «cabe diferenciar los contagios del norte de Portugal con los de Oporto o Lisboa». En este sentido, el alcalde explica que «el número de casos de covid-19 registrados en las localidades raianas es incluso menor que el de Galicia».

«El 90 % de los vecinos de Valença se desplazan hasta España para echar gasolina. ¿Es necesario que los portugueses registren visitas como esta?», se pregunta el portugués. No obstante, el alcalde no teme que esta decisión suponga un batacazo para la economía.

El registro que deben efectuar las personas que lleguen a Galicia, a través de la página web del Sergas, es diferente para viajeros y para trabajadores transfronterizos. En el caso de los primeros, deben constatar su fecha de entrada y de salida en Galicia. Los laboriosos de la Raia, por su parte, tampoco se libran de esta inscripción, a pesar de que se trasladen cada día de un lado al otro de la frontera. En su caso, en el registro de la plataforma de Sanidade deben dejar constancia de su fecha de entrada en la comunidad, pero dejar en blanco la casilla de salida.

A pesar de que los trabajadores transfronterizos tengan que cubrir este formulario una sola vez, sus clientes deberán repetir este procedimiento tantas veces como crucen la frontera. El miedo de los propietarios de negocios situados en los territorios raianos reside, pues, en la posible pérdida de clientes que conlleve todo este papeleo.

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El caso de Cecilia Puga es el reflejo de muchos empresarios de las Eurocidades. Es responsable de una peluquería, que lleva su nombre, situada en Melgaço y vive en Arbo. Puga hace hincapié en que la gente mayor puede ser la más afectada por este trámite. «La gente joven se maneja bien con la inscripción digital, pero entre la gente mayor existe cierta confusión», considera. «Estoy segura de que perderé clientes. Esto va a ser como un nuevo confinamiento porque la gente no se va a mover», recalca la peluquera.

La de Arbo considera que deberían estudiarse de otra forma los casos de la gente que vive en las Eurocidades ya que «nos movemos de un país a otro en un período corto de tiempo, cruzamos la frontera de forma natural», explica.

Sandra Gonçalves es portuguesa y se ve igualmente afectada por esta nueva decisión del gobierno gallego. Es propietaria de cuatro ópticas en Valença, Ponte da Lima, Caminha y Vilanova de Cerveira y, en algunas de ellas, el porcentaje de clientes españoles oscila entre el 40 y el 50 %. «A nivel empresarial este registro es una complicación. La gente no quiere perder el tiempo», dice Gonçalves. La empresaria considera que es pronto para hacer estimaciones, pero su impresión es que de la semana pasada a esta ya se dejan ver menos españoles por el norte de Portugal.