Caballero anuncia una nueva tarifa del agua después de 30 años cobrando de más

alejandro martínez VIGO / LA VOZ

VIGO

M.MORALEJO

El Concello se da seis meses para terminar con el sistema de cobro mínimo de 30.000 euros

18 jul 2020 . Actualizado a las 23:07 h.

Casi treinta años después de iniciarse una batalla infructuosa para que los vigueses paguen por el agua que consumen, por fin el Concello dice que aplicará un sistema de tarificación justo que no fomente el derroche. Lo hará no para cumplir ninguna sentencia, sino porque lo establece la Directiva Marco del agua de la Unión Europea. El gobierno municipal necesita optimizar la capacidad del embalse de Eiras ante la creciente demanda y, al mismo tiempo, que la Unión Europea no le cierre el grifo de las ayudas, en vistas a la nueva potabilizadora que quiere construir a medio plazo.

El alcalde, Abel Caballero, que no es partidario de renovar la concesión a Aqualia, anunció ayer que la Junta de Gobierno Local ha iniciado el proceso para la adaptación de las tarifas del agua a las determinaciones europeas. Empezará preguntando directamente a los ciudadanos para que aporten sus sugerencias sobre la nueva tarificación. La página web del Concello tiene habilitada desde hoy y durante los próximos 20 días un apartado donde los vigueses pueden hacer constar sus propuestas para que por fin se cumpla una histórica reclamación. La administración local se da un plazo de seis meses para aprobar las nuevas tarifas que se aplicarán a los abonados.

La nueva tarificación supondrá que los abonados no tendrán que pagar un mínimo de 30 metros cúbicos (30.000 litros) cada dos meses, tanto si los consumen como si no lo hacen. La medida beneficiará especialmente a las personas que viven solas o a las unidades familiares de pocos miembros. Un estudio publicado hace años con datos del Instituto Galego de Estadística estimaba que los 21.000 vigueses que viven solos pagan ocho millones de litros de agua cada día de más. El cálculo se basa en que la media de consumo diario por persona es, según Aqualia, de unos 130 litros, cuando los vigueses que viven solos se ven obligados a abonar el consumo de 500.

La tarificación aplicada desde siempre en Vigo fomenta que los ciudadanos derrochen agua porque a miles de abonados les cuesta lo mismo consumir lo justo que tener el grifo abierto de forma innecesaria.

La Xunta de Galicia señalaba en un informe que la situación en Vigo es «totalmente desproporcionada» en los hogares en los que viven una o dos personas, dado que no se prima un consumo responsable

La Unión Europea corrige esta situación con la Directiva Marco del Agua para incentivar a los ciudadanos a que usen de forma eficiente los recursos hídricos.

Presión

Además, resulta necesario proteger este recurso ante la creciente presión que supone el continuo aumento de su demanda, de buena calidad y en cantidades suficientes para todos los usos. Una realidad a la que no se escapa Vigo y los ayuntamientos limítrofes. El alcalde, Abel Caballero, recordaba ayer que, en la actualidad, el número de municipios que se abastecen de la presa de Eiras es mayor que hace 30 años, además de haber aumentado la población. «Aquella presa que soportaba bien las temporadas estivales, ahora no las soporta», afirma.

El cumplimiento de la directiva marco del agua permitirá además al Concello de Vigo optar a ayudas europeas en materia de agua. Un requisito imprescindible para beneficiarse de las mismas es contar con un sistema de tarificación por consumo, explicaba ayer Caballero. El proyecto más ambicioso que baraja en estos momentos es la construcción de una nueva potabilizadora, anunciada hace unos días por el alcalde. «Tarde o temprano se tiene que hacer esa potabilizadora y me quiero adelantar para que en el futuro nadie se lamente de no haber la hecho», afirmó el regidor. Sobre la variación que experimentará la factura de agua a los ciudadanos, Caballero afirmó que el resultado lo dirán los técnicos.