Los sindicatos denuncian que BorgWarner potencia su planta portuguesa mientras despide en Vigo

Laura Amoeiro

VIGO

M.Moralejo

La empresa no entiende porque los sindicatos «se han desentendido del plan de acompañamiento social que se les ha puesto sobre la mesa» y que contempla «diferentes medidas para minimizar el impacto de un ERE inevitable»

07 jul 2020 . Actualizado a las 23:51 h.

La dirección de la empresa BorgWarner comunicó el pasado viernes un ERE a 103 trabajadores de la planta que la compañía tiene en Zamáns. En la rueda de prensa convocada por los seis sindicatos, Luis Lobató, representante de la CIG, anunció un calendario de movilizaciones para protestar por una situación que considera «inxustificada e de moi mala fe» por parte de la compañía de automoción. Los sindicatos alertan que la carga productiva se está desplazando a Viana do Castelo (Portugal). La empresa ha respondido mediante un comunicado que no entiende porque los sindicatos «se han desentendido del plan de acompañamiento social que se les ha puesto sobre la mesa» y que contempla «diferentes medidas para minimizar el impacto de un ERE inevitable».

Los sindicatos afirman que la empresa basa el ERE en causas productivas, debido a la bajada en los proyectos y volúmenes en ventas. Además, explican que se están potenciando los proyectos desarrollados en el centro localizado en Viana do Castelo. Es a esta planta, que cuenta actualmente con un millar de empleados, adonde dicen que se desvía la carga de trabajo de la compañía. En medio de un proceso de «deslocalización y precarización Viana construye una megaplanta», explica Roberto Martínez, delegado de USO.

En cuanto a los beneficios de la fábrica, los sindicatos aseguran que estos «no han dejado de crecer» y aportan datos en los que se muestra que del 2013 al 2018, la empresa ha crecido sumando más de nueve millones de euros. Además, apuntan a que en 2019 el beneficio después de impuestos fue de 12,5 millones. Un total, en los últimos siete años, de 77,3 millones de euros. Desde el comité advierten que la empresa ha pasado de una media de 614 trabajadores en 2017 y 2018 a 477 en la actualidad.  

La empresa ha emitido un comunicado para expresar su lamentación ante la convocatoria de huelga por parte del comité «sin haber mantenido ninguna reunión con la dirección y sin plantear ninguna propuesta, desde la apertura del período de consultas el pasado viernes». La compañía se escuda en que el ERE «es consecuencia directa del mercado. La caída del diésel es un hecho objetivo que se ha hace notar en la bajada de ventas y volúmenes desde 2018». BorgWarner expresa que está abierta al diálogo «para llegar a un consenso que beneficie a ambas partes sin que se ponga en riesgo la competitividad y el futuro de la empresa a medio y largo plazo».

De las subvenciones públicas que reciben los centros técnicos de Zamáns y Porto do Molle, los representantes de la plantilla dicen que «solo sirven para el desarrollo de nuevos productos que luego serán fabricados en otros centros de trabajo distintos a los ubicados en el estado español». Además, insisten en que este dinero debería estar valiendo para «evitar que se produzcan despidos y pérdidas de puestos de trabajo en la fábrica de Zamáns».

El comité pide la retirada del ERE para que los trabajadores puedan seguir trabajando en un centro que consideran «esencial para la economía y el sector». «Que non se aproveiten desta medida coyuntural do covid», dicen desde los sindicatos. También plantean un ERTE rotatorio como otra de las medidas para evitar el despido de los 103 trabajadores. 

Mañana a las 17.30 horas se reunirán en la puerta de BorgWarner para hablar con Esquerda Unida y Anova. A través de esta reunión quieren hacerle llegar a la ministra de trabajo, Yolanda Díaz, el descontento con la situación que están viviendo los afectados.