El kárate, obligado a seguir confinado hasta octubre

lucas méndez VIGO / LA VOZ

VIGO

XOAN CARLOS GIL

Los deportes de contacto deben cumplir medidas más estrictas

05 jul 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Los deportes han tenido una vuelta dispar a la normalidad. Algunos se han visto beneficiados por las medidas de alivio del confinamiento y de la llegada del buen tiempo a la comunidad gallega pero, otros, como el kárate, se ven abocados a esperar. Esta situación se debe a la propia naturaleza de la práctica.

El kárate es una de esas disciplinas que no permitirá abrir gimnasios y centros de preparación para los que lo practican. En Vigo, uno de los clubes afectados es la Escuela Kárate-Do Shotokan. Fernando Álvarez Saá es quien lo regenta y quien confirma la complicada situación en la que se encuentra el deporte de contacto. «Vamos a empezar a entrenar en septiembre, manteniendo esas distancias de protocolos del covid-19, pero los trabajos en parejas van a tener que seguir esperando un poco más».

Los ejercicios del deporte que impliquen contacto con un contrincante están, por lo tanto, obligadas a esperar. Se habla de la necesidad de una normativa especial por parte de las autoridades sanitarias que permita la práctica sin restricciones. Siempre hay fórmulas que posibiliten mantener la forma física y ejercicios básicos del kárate, pero los combates, el choque físico y las competiciones por parejas tardarán en poder realizarse. «Podemos trabajar la táctica, pero lo que es el trabajo de aplicación de contacto aún tendrá que esperar», afirma, Álvarez.

Esta situación implica que centros como Shotokan permanezcan cerrados y sin fecha de reapertura. Siguen, por lo tanto, confinados y con la verja bajada. En el centro deportivo vigués han optado por un acuerdo con los propietarios del local para llevar a cabo reformas. Asimismo, habla de una situación particular en su caso, ya que han podido ir sorteando las dificultades, pero la realidad «es complicada» para muchos gimnasios.

La normativa que mantienen estos centros es firme. La distancia, al igual que en cualquier otro espacio cerrado, debe ser de mínimo un metro y medio y con uso obligatorio de mascarilla. En este gimnasio de la ciudad han decidido ir un paso más allá y cuando reabran lo harán con medidas de seguridad propias. «Nosotros hacemos trabajo cardiovascular, entonces la distancia la vamos a hacer más larga. El cardio hace que la respiración sea más rápida y más fuerte. Que las distancias tengan que ser más amplias es una medida nuestra», dice Fernando.

Poca actividad online

Muchos han intentado buscar fórmulas para seguir dando material de trabajo para sus pupilos, pero en deportes como el kárate «hay mucho que corregir, fijar, definir, diagnosticar y no puedes hacerlo con una pantalla». Se busca sobre todo mantener la motivación de los más primerizos y la forma física de los más profesionales. Sin embargo, el dueño y profesor del centro confiesa que estas clases telemáticas «tuvieron muy poca participación» y que fue una actividad que realizaron «gratis».

Este final de curso deportivo tan anómalo presenta dos problemas para los centros. Al igual que en las escuelas, deberán organizar exámenes finales y decidir cómo evaluar a los deportistas. También repartir jornadas de trabajo, una vez reabran, para que todos los chicos y chicas puedan acudir a las instalaciones por lo menos un día a la semana. La idea es que todos vuelvan a disfrutar de su deporte preferido.

«Hay gente con mucho miedo y otra muy lanzada. Dependerá de cada familia»

Fernando Álvarez, dueño del centro de kárate Shotokan, afirma que percibe una doble visión de la situación por parte de las familias. Con 220 federados en su gimnasio, afirma que «algunos están deseando volver y otros no quieren empezar» hasta que haya una normativa clara.

Al igual que en muchas otras actividades, deportivas o no, existe la disyuntiva entre quien cumple por completo las exigencias de distanciamiento y mascarilla y quien desea imperiosamente retomar la actividad normal, aún si darse las condiciones para este extremo. En el centro que dirige Álvarez «va a depender de cada familia». Explica que ya ha recibido llamadas de gente con «mucho miedo» y otra «muy lanzada».

Afirma el director del centro que buscan la fórmula que permita a padres y deportistas estar seguros en todo momento. El límite de aforo influirá en los horarios de acceso al gimnasio. «Podemos tener doce personas a la vez en nuestras instalaciones. Intentamos que todos puedan venir por lo menos un día a la semana cuando reabramos», continúa. En este sentido, el Shotokan trabaja desde hace tiempo en acondicionar sus salas de trabajo cardiovascular y los dojos, término empleado para definir los salones donde se practican estas artes marciales.

Todos concuerdan que deberá ser el sentido común el que impere en la vuelta a la actividad. En Shotokan cuentan con karatekas de alto nivel que estaban pendientes de pruebas como el Campionato Galego de Clubs o la prueba infantil que han tenido que ser aplazados. La Federación ya anunció que se celebrarán, si todo marcha según lo previsto, en octubre y diciembre respectivamente. «Buscamos un término medio, que la precaución perdure aunque dependerá de cada familia», sentencia Álvarez.