El club ciclista marca las vidas de los Chamorro con Gerardo marcando los tiempos desde la gerencia
29 jun 2020 . Actualizado a las 23:25 h.La familia de los Chamorro Casado debería tener un tercer apellido: Vigo-Rías Baixas. El padre fundó e impulsó el club ciclista, su hijo Gerardo lo gestiona, su madre lo sufre, el abuelo con 92 años ha seguido más una carrera en el coche del equipo y el bajo de su casa de Nigrán se ha convertido en el almacén logístico de la formación flúor. Y hasta el mantel debe estar puesto en ciclismo después de tantas comidas con el monotema encima de la mesa y un confinamiento colectivo en el domicilio particular.
Todo comenzó a finales del siglo pasado cuando Gerardo Chamorro Casado, hoy gerente y director deportivo en ciernes del club, tenía seis años. «Mi padre y unos amigos tenían la tradición de irse en bicicleta desde aquí a Torreciudad (Huesca) y decidieron fundar el club ciclista Rías Baixas. Esto fue en el año 96». Como muchos, nació como un club de amigos y pasó por diferentes etapas: escuela de ciclismo, equipo de veteranos... «Hasta que en el año 2013 mi padre tuvo la idea y me dijo que íbamos a competir en la categoría élite-sub 23».
En ese momento José Luis le pidió a su hijo que le echara una mano. «Son cuatro papeles», recuerda Gerardo que le dijo, nada que ver con la realidad de lo que vendría después. «Le dije que sí. Mi padre trabajaba en una multinacional farmacéutica y tampoco le quería meter más trabajo. Comenzó siendo como una excusa para pasar tiempo juntos. Teníamos dos cosas en común: el CC Rías Baixas y el Real Madrid, veíamos los partidos juntos y el equipo nació como un proyecto común», aunque en ese momento «reconozco que no me gustaba el ciclismo, como aficionado podía ver alguna carrera en televisión, pero no lo llevaba tan dentro. Esa bola fue creciendo y yo lo siento como algo propio».
No podía ser de otra manera porque el ciclismo marca la vida de este ingeniero industrial que trabaja en Madrid en una multinacional del sector de la aeronáutica y que tuvo que dejar su afición por tocar la batería para encontrar horas para la gestión de un equipo que ha disparado su crecimiento hasta convertirse en candidato a ganar la Copa de España de la categoría tanto a nivel individual como grupal.
¿Y cuál es el cometido de un gerente en un equipo ciclista? «Es la persona que hace toda la labor de gestión, desde estar pendiente en pretemporada de confeccionar la plantilla con los directores deportivos, luego decidir el calendario, negociar con los organizadores de las carreras, buscar y negociar con los hoteles, gestionar los viajes de los corredores, mover toda la logística y estar pendiente del día a día de los patrocinadores y la contabilidad del equipo», comenta el segundo de los Chamorro, que intenta aplicar conceptos empresariales a la gestión deportiva. «En mi familia no hubo ciclistas profesionales, pero mi padre con 18 años estaba en trabajando en una multinacional y lo que intentamos es darle unas pinceladas más de gestión empresarial que de romanticismo ciclista. Copiamos cosas, vemos cosas que nos gustan de otros equipos, algunos profesionales, e intentamos mejorar». Reconoce que el Sky marcó un antes y un después con su método.
Que el Rías Baixas, que nació en Vigo y tiene sede en la ciudad, sea un equipo tan familiar podría deteriorar la relación entre padre e hijo, pero nada más lejos de la realidad. «Me siento muy orgulloso de mi padre y le estoy muy agradecido, todo lo que sé y todo lo que aprendí ha sido gracias a él y el ejemplo que me ha dado toda la vida de ser una persona que trabajaba 20 horas si hacía falta. Discutimos por el equipo todos los días, somos dos personas que llevamos desde marzo viviendo juntos y cada uno tiene una manera de pensar. Me parece muy exigente en su trabajo y en todo lo que le rodea, eso es lo que le ha llevado a triunfar. No es fácil trabajar con mi padre, pero yo he hecho callo y aprendido mucho. Es una relación cordial de padre e hijo, el proyecto en gran medida es una parte transversal de nuestra vida».
Gerardo Chamorro, que se siente reconocido por su trabajo dentro del club, es la tercera pata de una mesa en donde la figura de su padre José Luis y el técnico Marcos Serrano es muy alargada, pero lejos de verse en un tercer plano, él se considera el nexo de unión entre ambos. «Aquí sabes cada uno cuál es su función en el club. Yo hago la gestión, mi padre es el que nos inyecta la ilusión y la energía para seguir mejorando, porque es una persona muy exigente y muy constante, y Marcos Serrano aporta sus conocimientos y su sabiduría técnica», explica Gerardo, que considera que su mejor virtud es rodearse siempre de los mejores (prensa, entrenadores, mecánicos...). Personas imprescindibles para un día cumplir el sueño de alcanzar el profesionalismo. De la cicloturista de Huesca a una gran prueba. El sueño continúa.