Vigo tendrá una unidad antisuicidios

Ángel Paniagua Pérez
Ángel Paniagua VIGO / LA VOZ

VIGO

CAPOTILLO

El plan de salud mental contempla también que los psiquiatras hagan atenciones a domicilio

27 jun 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

El área sanitaria de Vigo trabaja en la creación de una unidad para prevenir el suicidio y para tratar a personas que intentan cometerlo. Es una de las medidas contempladas en el Plan de Saúde Mental de Galicia que aprobó la Xunta esta semana y en la que el servicio de psiquiatría del área sanitaria llevaba tiempo trabajando. Se pondrá en marcha este mismo año, según el jefe de servicio, José Manuel Olivares. Todavía tienen que diseñar las funciones concretas, pero contará con un psiquiatra, un psicólogo y dos enfermeras.

«Estamos trabajando ya en planes de prevención desde atención primaria», explica Olivares. Una función de la unidad será la prevención. La otra será el tratamiento. Para ello, los médicos tienen que identificar qué personas han intentado suicidarse o tienen esas tendencias para seleccionar qué casos son susceptibles de recibir una terapia específica.

Hay una tercera dimensión que es la investigación. «El suicidio es un problema psicosocial, filosófico y en general, de muchos ámbitos, pero también lo es biológico. Atentar contra uno mismo va en contra de la biología y queremos estudiarlo también desde ese punto de vista», explica Olivares.

Recientemente se creó una comisión de prevención del suicidio en el área sanitaria, compuesta por psiquiatría, psiquiatría infantojuvenil, psicología, enfermería, trabajo social, urgencias, atención primaria y la dirección. El suicidio no es un problema pequeño. Según el Instituto Nacional de Estadística, en el 2018 murieron 74 personas en la provincia por lesiones autoinfligidas -el doble de hombres que de mujeres-, y existe consenso en que el suicidio está infradiagnosticado.

La unidad de prevención y tratamiento del suicidio es una de las medidas que contempla el plan de salud mental. Pero hay más. En Vigo se crearán 14 plazas de psiquiatras y 12 de psicólogos. A continuación se explican algunas de esas medidas.

atención a domicilio

El psiquiatra, fuera de la consulta. La salud mental es amplia. Existen unidades de salud mental en centros de salud, hospitalización de agudos en el Cunqueiro, hospitalización de crónicos en el Nicolás Peña, centros privados a los que se derivan pacientes, residencias y pisos tutelados. Actualmente hay un equipo de continuidad de cuidados, que se encarga de que la gente que vive en esos pisos o en sus propias casas y tienen un trastorno mental muy grave esté atendida.

Pero los psiquiatras quieren ir hacia un modelo similar al de hospitalización a domicilio, que mantiene a algunos pacientes en sus casas para que no tengan que ingresar en el hospital. Con un equipo específico que atienda en los domicilios de los pacientes, la idea es doble: poder tratar durante unos pocos días en el hospital a pacientes que tienen un brote de su enfermedad y después hacer el seguimiento en su casa o directamente tratarlos en su casa para que no ingresen.

«El hospital tiene que ser una solución puntual que dure lo estrictamente necesario», dice el jefe de servicio. En psiquiatría, además, el contexto es esencial. Un ejemplo puede ser la droga. Una persona puede mejorar en el hospital pero volver a su ambiente y empeorar. Si se trabaja directamente en el entorno, la terapia puede ser más eficaz.

niños y jóvenes

Hay tres actuaciones previstas para reforzar este ámbito, porque en la infancia nacen muchos de los problemas mentales que acaban acompañando a las personas en su vida. Las tres medidas son como escalones terapéuticos y se irán desarrollando progresivamente.

Consultas ambulatorias. Existe una unidad de consultas para niños y jóvenes. Está en el Cunqueiro, porque es allí donde están los pediatras. Se creará otra con el objetivo de absorber la lista de espera que hay y de llegar a más población infantil y juvenil.

Hospital de día. Muchos menores acaban ingresados en el hospital para darles un tratamiento. Un hospital de día lo evita, porque permite que el paciente esté varias horas allí con una terapia y luego se vaya a su casa. Esto permite mantener al chaval en su ámbito familiar e incluso escolar. Actualmente solo hay hospital de día para adultos. No está decidida su ubicación, pero Olivares se inclina por el Nicolás Peña.

Hospitalización. Actualmente solo hay una unidad en Santiago. Algunos son derivados y otros ingresan en pediatría (los niños) o en psiquiatría (los adolescentes). La unidad, que iba a crearse con la apertura del Cunqueiro, permitirá hospitalizar en Vigo a los niños y jóvenes con problemas psiquiátricos.

otras medidas

Enlace hospital-primaria. Dos psicólogos harán esta función.

Camas de crónicos. Todas están en el Nicolás Peña y se crearán 20 más. Vigo absorbe la hospitalización de toda la provincia de Pontevedra, donde hay un déficit de camas.

Programa de nuevos episodios psicóticos. Vinculado a la atención psiquiátrica para los jóvenes.

José Manuel Olivares: «En salud mental, el covid es mucho más que el que se infectó»

El plan de la salud mental de Galicia 2020-2024 tiene un apellido: la Xunta lo ha llamado plan poscovid. Todo lo que tiene que ver con esta enfermedad va a mantener ocupados a los psiquiatras en los próximos meses, vaticina el jefe de servicio, José Manuel Olivares. 

-Durante la epidemia, pusieron en marcha un programa para ciudadanos en general y otro para trabajadores del sistema sanitario. ¿Qué se han encontrado?

-En los sanitarios hubo una primera fase de shock: la gente no tenía tanta percepción de lo malo que le ocurría, sino la necesidad de solucionar el problema. Había gente dejándose la piel, olvidándose de comer y dormir... Una especie de furor sanandi. Nuestro mensaje fue: cuídate para cuidar a los demás. 

-¿Qué tipo de patología ha ido aflorando?

-No vimos mucha patología inicial, salvo gente con más vulnerabilidad hacia cuadros ansiosos o hipocondríacos. Pero pasado ese momento, empiezan a aparecer alteraciones del sueño y del estado de ánimo, ansiedad, culpabilidad por no haber podido hacer más, gente que ha vivido situaciones muy duras cerca.

-¿Calculan que hay gente que todavía no ha caído y va a caer?

-Sí. De momento vamos a mantener los dos programas. En los sanitarios es un goteo. Me preocupa que venga una segunda ola del covid más por la salud mental que por el covid en sí. Porque esto es como correr una maratón: hay gente que aguanta porque sabe que la meta está ahí, pero si cuando va a llegar le mueven la meta diez kilómetros, no lo consigue. Una segunda ola puede ser parecido.

-¿Hay una enfermedad mental específica del covid?

-No como la gripe de 1918, que produjo mucha patología mental porque provocaba distintos tipos de encefalitis. Pero para mí, en salud mental un caso covid no es solo el paciente que se ha infectado con el virus, sino alguien que ha pasado por toda esta situación y que tiene una patología que no habría tenido si la situación fuese otra. Puede ser el señor que estuvo confinado y lo llevó mal, el hijo de una persona que estaba en la uci y no podía estar con ella...

-Eso es muy amplio. ¿Cómo se aborda todo eso?

-Estamos teniendo reuniones con algunos especialistas de hospital y queremos llegar a atención primaria para hacer un seguimiento poscovid de toda esta gente y también llegar a quienes no piden ayuda.

-¿Cómo se pueden localizar?

-A través de las escuelas, de los servicios sociales... Dentro del sistema sanitario, atención primaria es clave. Si asumimos que la salud mental es una parte de la salud integral de una persona, y que los médicos de primaria son los más cercanos al paciente, ellos pueden dar pie a que los pacientes les cuenten que no duermen bien, que están irritables... y así llegar a detectar estas situaciones.

-Hablaba de la dificultad para dormir. ¿Cuáles son los signos de alarma para que alguien detecte que tiene que pedir ayuda?

-Creo que no hay que medicalizar o psicologizar todo. Hay situaciones transitorias que se resuelven solas. Pero hay que consultar cuando los síntomas impiden hacer las cosas que se hacían habitualmente, cuando interfiere en tu vida personal o laboral.