Dos años sin arreglar los paseos de la vergüenza

alejandro martínez VIGO / LA VOZ

VIGO

Pese a las promesas del Puerto y del Concello, Bouzas y As Avenidas continúan sin solución a corto plazo

21 jun 2020 . Actualizado a las 01:45 h.

Los paseos de As Avenidas y de Bouzas continúan en un estado deplorable dos años después de que se vallasen tramos de ambos a raíz del accidente de O Marisquiño. Los miles de usuarios que acuden a diario a estos lugares de esparcimiento público deberán soportar otra temporada de verano más unas infraestructuras en mal estado, inseguras y que ofrecen una penosa imagen de la ciudad.

La fachada marítima debería ser una de las zonas mejor cuidadas por el poder de atracción que tiene para vigueses y turistas y, sin embargo, es un símbolo de decadencia y de falta de entendimiento entre las administraciones implicadas.

Las vallas metálicas continúan impidiendo el paso a la estructura de madera de la avenida marítima de Bouzas. El Ayuntamiento decidió cerrarlo y curarse en salud después del accidente del Marisquiño y de la caída de un anciano, para prevenir nuevos percances. Las tablas continúan pudriéndose, hasta que no acaben por desmantelarse para dar paso a las prometidas obras de reforma con la cesión del terrreno por parte de Costas.

El problema ya no es solo el retraso que acumula el acondicionamiento por el que claman los vecinos, sino el abandono en el cuidado de todo el espacio. Se percibe en los desperdicios que rebosan de las papeleras, en la maleza que crece por doquier o en las pintadas que afean el entorno.

Juan, un ciudadano que frecuenta la zona y que está casado con una nativa de Bouzas, resume las principales necesidades que tiene este paseo. «Me parece que merece una buena reforma. Hacen falta unos baños públicos, porque ¿dónde vas si te da el apretón? Esto también pide luz y un nuevo pavimento. Si te acercas más adelante, hay unas planchas de hierro que pusieron porque el piso cedió. Este paseo se encuentra en un estado pésimo», asegura.

Los usuarios todavía tendrán que seguir esperando para poder disfrutar de un nuevo paseo renovado. El gobierno municipal aprobó en enero un proyecto básico que contempla una inversión de 1,2 millones de euros. Las obras consistirán en la reforma de más de medio kilómetro de tramo, desde la iglesia parroquial hasta el puente de la VG-20. Según los plazos anunciados por el alcalde, las obras no serán licitadas hasta el último trimestre de este año y tendrán un período de ejecución de once meses, por lo que, como mínimo, no estará en uso hasta 2022.

Más cercano a una solución podría esdtar el calamitoso paseo de As Avenidas, siempre y cuando se cumplan las promesas del presidente de la Autoridad Portuaria, Enrique López Veiga, que días antes de que se decretase el estado de alarma pospuso para septiembre el inicio de las reparaciones. Los trabajos se llevarán a cabo en dos fases, empezando por el lado de tierra, para continuar con el que da al mar. Las obras se retrasaron para que no coincidieran con la celebración del Vigo Seafest ni del Marisquiño. Ahora ambos eventos se han pospuesto hasta el año que viene a causa de la crisis sanitaria, por lo que las obras podrían comenzar antes.

Losetas rotas

Mientras tanto, los usuarios siguen caminando sobre un firme de losetas rotas y desencajadas y tablones de madera levantados y viendo cómo las administraciones no han sido capaces de proceder al arreglo del muelle que se desplomó durante el Marisquiño, que ha sido tapado con una lona para que no se vea la desfeita que se produjo aquel 13 de agosto de 2018.

Esta situación ya le ha costado dinero al Ayuntamiento. Un juzgado le condenó a indemnizar con 15.652 euros a una mujer de 78 años que resultó herida grave tras caerse al suelo por meter el pie en un hueco donde faltaba una tabla de madera. El Concello sigue expuesto al pago de indemnizaciones porque el riesgo para los usuarios no se ha reducido con el tiempo, sino todo lo contrario.

«Es una vergüenza. Hace tiempo lo había denunciado al Ayuntamiento por el peligro que supone traer aquí una silla de ruedas. Entre el Puerto y el Concello, se echan la pelota. La imagen que damos a los cruceristas es muy mala, pero también hacia los propios ciudadanos y turistas. Tendría que haber una recogida de firmas u otras movilizaciones para reclamar que lo pongan en buen estado», señala Olga Fernández, otra usuaria.

En reiteradas ocasiones, el alcalde, Abel Caballero, ha acusado a la Autoridad Portuaria de ser la responsable de los desperfectos por permitir el paso de maquinaria pesada que transporta materiales para embarcar en el puerto. Los usuarios demandan a las administraciones que se pongan de acuerdo para priorizar las obras que permitan dignificar una zona que es escaparate de la ciudad.