4.500 cirugías perdidas ponen en jaque la lista de espera del Chuvi

Ángel Paniagua Pérez
Ángel Paniagua VIGO / LA VOZ

VIGO

ALFONSO LUBIAN

Durante el estado de alarma se hicieron la mitad de las operaciones que el año pasado

17 jun 2020 . Actualizado a las 23:35 h.

La epidemia de coronavirus no ha salido gratis. En este momento en que los hospitales dan por superada la crisis, también afrontan el inconmensurable reto de tratar a los pacientes que dejaron de atender y encarar la lista de espera que se ha ido generando, que se suma a la que ya tenían. Durante las trece semanas que ha durado el estado de alarma en Galicia, los hospitales Álvaro Cunqueiro y Meixoeiro hicieron 4.464 operaciones menos que el año anterior, según un estudio que ha realizado La Voz a partir de datos oficiales. Esas cirugías perdidas son más de la mitad de las que se hicieron el año pasado en las mismas fechas.

Durante la fase aguda de la crisis sanitaria la actividad programada en los quirófanos se redujo a las operaciones imprescindibles, para mantener camas libres en los hospitales por si había una avalancha de pacientes con covid-19. En los quirófanos solo entraban los casos urgentes y, de la cirugía programada, solo se intervenía a aquellos pacientes que se llaman de prioridad 1, en los que la supervivencia del enfermo está en riesgo si no se lo opera a corto plazo.

Hasta la segunda semana de marzo iba todo bien. El ritmo quirúrgico se mantenía. En las once primeras semanas del año solo se hicieron 35 intervenciones programadas menos que el año pasado (7.129), lo cual no significa prácticamente nada en un complejo que hace una media de 130 cirugías programadas cada día. Las intervenciones urgentes no se incluyen en este análisis porque, por su propia naturaleza, han seguido realizándose.

El cambio llegó con la declaración del estado de alarma, en la noche del sábado 14 de marzo. Como se aprecia en el gráfico, en la segunda semana de marzo se habían hecho una media de 144 operaciones programadas; en la tercera, 34. Son 110 menos cada día, una caída del 76 %.

La situación se empeoró. Las dos semanas de ese período que se llamó de hibernación de la economía (las dos primeras semanas de abril), cuando solo el personal declarado esencial podía ir a su puesto de trabajo. Fueron 25 y 24 operaciones diarias, esta última en la Semana Santa. No es nada.  La sanidad se centró en afrontar la fase aguda de la crisis sanitaria, transformándose de la noche a la mañana en una organización centrada en el covid-19.

Desde entonces, pasado el pico de la epidemia y a medida que los datos del coronavirus mejoraban, los hospitales empezaron a recuperar el ritmo poco a poco, operando más cada semana. Este lunes se hicieron más intervenciones programadas que en cualquier otro día del estado de alarma, 136.

¿Y la lista de espera?

La existencia de dos realidades llevó a tomar la decisión política de construir el nuevo hospital de Vigo: acabar con las urgencias saturadas del Xeral y poner una solución a las abarrotadas listas de espera quirúrgicas de Vigo, tradicionalmente las más largas de Galicia. La apertura del Cunqueiro hace ahora cinco años permitió disminuir en 38 días el tiempo de tarda cada operación, al pasar de 99 a 61 jornadas de demora media.

Eso estaba destinado a que Vigo convergiese con los hospitales gallegos de su tamaño, Santiago y A Coruña, según reconocía la Consellería de Sanidade -sin olvidar que la lista de espera de Povisa también es de Vigo-. Operar menos pone en riesgo ese objetivo. Porque sigue habiendo muchos pacientes esperando. De hecho, la cifra de enfermos no ha bajado de 7.000, porque Vigo ha tenido históricamente una enorme lista de espera oculta, esa que el Sergas llama no estructural y que no hace pública. En ella se incluye a todas las personas a las que se les ofrece una cirugía en un centro privado y la rechazan. Todos ellos esperan, pero no figuran en los datos públicos.

Fuentes quirúrgicas explican que el estado de alarma ha tenido un beneficio para la lista de espera: al hacerse menos consultas y pruebas, también se estuvieron dando menos indicaciones de cirugía a los pacientes. Por lo tanto, aunque la lista de espera no tenía salida (porque no se operaba) tampoco tenía entrada (porque no se indicaba. Entonces, se han acumulado los pacientes que estaban pendientes, no hay tantos nuevos.

El Meixoeiro cierra otra ala y tiene 150 camas inoperativas

La gerencia del área sanitaria de Vigo todavía está ultimando la organización del verano. La dirección ha pedido a los sanitarios que cojan sus vacaciones en los próximos tres meses, en previsión de que pueda surgir un rebrote del coronavirus en otoño. Ahora la situación es tranquila -ayer había 142 casos activos en el área sanitaria, solo tres de ellos ingresados, todos en el Cunqueiro- y no hacen falta tantas manos en el área médica. Pero el área quirúrgica quiere recuperar el tiempo perdido operando más. Para ello, van a necesitar refuerzos y también camas en las que ingresar a los pacientes operados.

Todavía no se sabe cuántas camas se cerrarán en verano, algo que siempre se hace. Pero sí se sabe que el Meixoeiro tiene cinco alas cerradas, que suman 150 camas. La última de ellas se cerró el lunes y se sumó a las otras cuatro que permanecían sin actividad.

La dirección del área sanitaria suele jugar con las posibilidades del Meixoeiro abriendo y cerrando camas según sus necesidades.

En ese hospital se hace la cirugía mayor ambulatoria, que es aquella en la que el paciente no necesita ingresar en una cama del hospital. La reducción de la actividad durante el estado de alarma también redujo la ambulatorización de cirugías. Ronda el 60 %, de media, en las operaciones programadas y a principios de este año se estaba incrementando. Pero en alguna semana del estado de alarma no pasó del 30 %, porque lo necesario era hacer las cirugías de casos más graves, que suelen ser más complejas.