La referencia de la natación viguesa

Xosé Ramón Castro
x. r. castro VIGO / LA VOZ

VIGO

cedida

Los técnicos gallegos reconocieron a Miguel Martínez como el mejor nadador del 2019, que ahora busca la internacionalidad

07 jun 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Miguel Martínez acaba de ser elegido por los entrenadores como el mejor nadador gallego del año 2019 con el 42,8 % de los votos. Seguramente una mención que reconoce la trayectoria de este deportista del Náutico de Vigo de 19 años especialista en la modalidad de mariposa que está a las puertas de la élite española y que tiene entre sus objetivos estrenar internacionalidad el próximo curso. Para conseguirlo tiene dos buenas maestras a su lado en la pileta del CGTD en Pontevedra: María Vilas y Bea Gómez.

El vigués Miguel Martínez llegó a la natación con dos o tres años, cuando su madre le apuntó a los típicos cursillos, y poco después tuvo su bautismo competitivo en una cita del Deporte Escolar. Aquello le enganchó y se lo tomó en serio. Pasó por el Galaico y el Rías Baixas, desde hace cuatro años milita en el Náutico de Vigo y en los últimos dos, y sin beca, se ha hecho un hueco entre los nadadores del Centro Galego de Tecnificación Deportiva. La élite de este deporte en Galicia.

Y entre Vigo y Pontevedra ha ido creciendo de un modo casi espartano, doblando sesión tres días a la semana más el correspondiente entrenamiento de seco bajo a las órdenes de Fernando Zarzosa y Luisa Domínguez y completando los sábados en la piscina del Náutico vigués con Sergio Silva.

Eso sí, no pudo volver al centro tras la pandemia hasta la semana pasada y tras hacer de la entrada de su piso un gimnasio, cuando comenzó la desescalada se armó de neopreno y cada día a las ocho de la tarde se zambullía en las frías aguas de O Vao.

Tanto esfuerzo explica el motivo de por qué batió a finales del 2019 los récords gallegos de 200 mariposa (1.57.37) y de los 200 (2.00.52) y 400 estilos (4.18.49), además de hacerse con un tercer puesto en el nacional absoluto, pese a no ser su categoría, y alcanzar el subcampeonato en el estatal de aguas abiertas, otro medio en el que se defiende.

Y eso que el vigués se define por encima de todo como un nadador de piscina corta y con la vertiente subacuática como su especialidad principal. «Los golpeos son muy importantes, por eso en piscina de 25 suelo destacar más que en 50 porque las subacuáticas las trabajo muchísimo y es algo que para un nadador es fundamental. Si tienes una buena subacuática puedes sacar una buena ventaja», dice el vigués, que tiene en mente llegar al mes de septiembre, cuando despegue la nueva temporada en las mejores condiciones para dar el salto definitivo en su carrera: «Mi objetivo es comenzar la temporada mucho mejor que el año pasado porque cuando comienzas siempre te cuesta pero ahora quiero parar lo menos posible y llegar a septiembre y que me cueste lo menos, que en una o dos semanas pueda volver a coger la forma».

Apuesta por el Europeo

Porque aunque el horizonte competitivo no esté demasiado definido, sí existe la posibilidad de que se celebre en Campeonato de España, Miguel Martínez quieren acudir con la idea de ganarse una plaza para la cita continental. «Poder clasificarme para un Europeo sería muy bueno porque sería mi primera vez como internacional». Y para alcanzarlo, debe superar una dura competencia para ser campeón de España de la modalidad.

En su afán por conseguirlo puede que le de un empujón el galardón de los entrenadores gallegos, aunque desde su modestia, considera que había compañeros que por lo hecho el año pasado se lo merecían más: «Es una gran alegría, que se fijen en mí, pero creo que este premio también podría ser para nadadores como Marcos García, que estuvo en el Europeo júnior el año pasado y creo que el se lo merecía más que yo». No obstante, sí admite que quizás sea el reconocimiento a una trayectoria que tiene pendiente de escribir su página más dorada.

Pagarse todo los gastos para entrenar en Pontevedra

La natación es un deporte asociado al sacrifico y Miguel Martínez es la plasmación de ese axioma. Comenzando por los esfuerzo personales y económicos que tiene que hacer cinco días a la semana para ir entrenar al CGTD al carecer de beca.

«Llevo dos años entrenando en Pontevedra, estoy sin beca y lo que hago todos los días es levantarme (vive en Vigo), coger el autobús e ir a entrenar allí, luego la doble sesión por la tarde y lo están pagando mis padres y es un dinero muy importante. Son mínimo 15 euros diarios cinco días a la semana de lunes a viernes (300 euros al mes), es un gasto muy importante y no todos pueden permitirse eso», comenta el nadador del Náutico, que ha tocado en varias puertas y en alguna de ellas encontró una ayuda que por el momento resulta del todo insuficiente.

En el autobús y entre entrenamiento y entrenamiento no tiene tiempo que perder por sus estudios. «Todos los días en el bus saco los apuntes, el ordenador y cuando acaba la sesión de la mañana y tengo que doblar a la tarde aprovechó ahí las horitas», con el objetivo de finalizar un ciclo superior de administración y finanzas. «Era mi segundo año y ahora tenía que hacer las prácticas en empresas pero se canceló todo y me dieron la opción de hacer un proyecto o algo así y así que convalida las prácticas».

Si todo marcha según lo esperado, el 21 de julio ya tendrá el título y ahora se plantea hacer algo relacionado con el márketing «que es algo que me gusta mucho».

Sacando tiempo casi de la chistera, agradece el apoyo con la enseñanza a distancia —«porque faltando tantas horas a clase es difícil»— y de sus padres que además del desplazamiento a Pontevedra le puedan pagar también los estudios. Él lo compensa siendo una de las referencias de la natación gallega, aunque le cueste reconocerlo. Al lado de María Vilas y Bea Gómez «que son mis pilares en Pontevedra. Somos los mayorcitos del grupo y aprendo mucho de ellas porque son muy buenas».