Regresan de Cabo Verde tras contratar un avión privado por 45.000 euros

alejandro martínez VIGO / LA VOZ

VIGO

Óscar Vázquez

Una pareja de Vigo fue a pasar ocho días y acabó quedándose dos meses por el cierre del espacio aéreo sin recibir ningún apoyo

13 may 2020 . Actualizado a las 12:43 h.

Empezaron siendo unas inolvidables vacaciones en un lugar exótico y acabó siendo una pesadilla y un importante desembolso económico para poder regresar a Vigo. Menchu Abril y Guillermo Lago por fin han podido volver a casa después de una aventura que les ha hecho adelgazar cinco kilos cada uno y cambiar la imagen que tenían de la diplomacia española.

En marzo volaron a Cabo Verde para pasar unos días de relax en un hotel con todo incluido y disfrutar del sol y de la playa. Pero cuando quisieron regresar, la pandemia se les echó encima. El gobierno del archipiélago africano cerró el espacio aéreo y su viaje de regreso quedó anulado. Se vieron en la extraña situación de que España les permitía regresar pero Cabo Verde no les dejaba salir. De la noche a la mañana se quedaron literalmente en la calle y sin saber a donde ir.

Al final no tuvieron más remedio que alquilar un piso en la ciudad para tener un techo mientras intentaban regresar. Así pudieron comprobar las incomodidades de la ciudad que desconocen los turistas que van de visita durante unos días. Cada dos por tres se quedaban sin agua y los cortes de luz eran también intermitentes.

 Lo peor era encontrar algo para comer. «La carne no existe allí», afirma Menchu. Se han alimentado durante dos meses a base de arroz y pasta que compraban en un comercio chino. Una vez se dieron el gusto de tomar una copa de vino, por la que les cobraron 4,50 euros.

Estuvieron dos meses intentando gestionar el regreso a casa. «Durante todo ese tiempo hemos luchado por salir de allí», afirma Menchu. Como ellos había un buen número de españoles que habían acudido a hacer turismo y que igualmente se quedaron colgados. Afirman que la respuesta del gobierno español ha sido nula y que tanto en el viceconsulado como en la embajada no les hicieron ningún caso. «No nos dieron ni un vaso de agua aquel día que nos tuvieron esperando en las escaleras con 30 grados», recuerda Menchu.

«España no repatria, todo es mentira», critica Guillermo Lago. Después de lo que han pasado se preguntan «para qué sirven las embajadas y con qué fin, porque es vergonzoso», dice. Y mientras tanto, observaron cómo el gobierno británico sí fletaba un avión del ejército para rescatar a sus compatriotas. Los españoles vieron cómo el gobierno británico sí se preocupaba por sus compatriotas, mientras ellos estaban abandonados por parte de las autoridades españoles. El gobierno de Luxemburgo también repatrió a 170 ciudadanos europeos, entre los que se encontraban tres españoles. Al final la única forma que tuvieron de salir de allí fue recurriendo a sus propios medios económicos y contratando los servicios de un avión privado.

Entre 10 españoles lograron juntar los 45.000 euros que les cobró la aerolínea para volver a casa. El jet aterrizó el pasado fin de semana en el aeropuerto de Las Palmas y, de allí, volaron a Vigo vía Madrid. Otros muchos turistas nacionales no pudieron costear semejante gasto y tendrán que esperar a julio o agosto a que vuelvan a normalizarse los vuelos.

Guillermo y Menchu estaban deseando volver a casa. Al menos no han sufrido tantas restricciones para salir en Cabo Verde. Allí no se decretó ningún confinamiento. Incluso pudieron ir a la playa mientras esperaban regresar a casa. Lo que peor llevaron fue la falta de alimentos. Una vez en Vigo, pudieron por fin sentarse en una terraza en la plaza de la Constitución y empezar a olvidar la pesadilla que acaban de vivir.