Un ascenso oiense con el Córdoba

m. v. f. VIGO / LA VOZ

VIGO

CEDIDA

El equipo de la canterana del Guardés Marta Pombal jugará la próxima temporada en la élite del balonmano

08 may 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Una vez tomada una decisión sobre las competiciones nacionales de balonmano, los equipos de Vigo y su área se vieron beneficiados por eludir el descenso. Sin embargo, uno de los ascensos que se determinaron también tiene un toque de la zona. Porque en Oia, donde vive el confinamiento, la canterana del Guardés Marta Pombal celebra que su actual equipo, el Córdoba, estará la próxima temporada en la máxima categoría, la División de Honor Femenina.

La joven jugadora, nacida en 1999, admite que ha sido un ascenso atípico. «No es lo mismo esto que estar todas concentradas, ganar el partido, celebrarlo y vivirlo juntas. Pero sigue siendo una gran alegría y un orgullo», comenta. Además, rechaza con firmeza que haya quien pueda considerarlo «un regalo». «Quedaban tres jornadas y llevábamos suficientes partidos disputados como para que nuestra primera plaza fuera ya relevante a esas alturas», argumenta. Considera que resultaría injusto pretender restarles mérito.

Admite Pombal que la fase que se ahorran disputar no era un reto fácil. «Iba a haber mucho nivel y había que jugarlo. Hubiera sido mejor conseguirlo en la pista, pero tampoco sería justo que no hubiera ascensos habiendo jugado el 90 % y con las inversiones que habían hecho los equipos», analiza.

Marta ya jugó en División de Honor con el Guardés y tiene dos experiencias de fase de ascenso, una con el conjunto de autonómica de A Guarda y otra con el Cleba. Con la intención de seguir en Córdoba el próximo año -aunque a día de hoy no está completamente definido,- lo entiende como un nuevo debut. «Era juvenil y muy joven, aquí tengo más responsabilidad y el planteamiento es diferente», explica la deportista.

Pombal decidió irse a León dado el interés del club un año antes de comenzar a estudiar Medicina en la universidad. «Insistieron tanto que quise vivir la experiencia de marcharme fuera antes de tener esa presión de los estudios». Una lesión de hombro tras la que le costó recuperar la confianza la lastró en esa etapa, pero luego llamó a su puerta el Córdoba, que cumplía el requisito de ser una ciudad donde podía estudiar la carrera que quería y que también le planteó un proyecto de lucha por el ascenso recién conseguido que la sedujo.

Allí, de menos a más, se siente muy cómoda tras dos temporadas y allí le pilló la pandemia, aunque regresó a casa justo antes de que se decretara el estado de alarma. Cuenta que lo lleva «mejor de lo que esperaba», entrenando en casa y estudiando, el motivo por el que, comenta, seguramente hubiera estado también encerrada. Como estudiante de Medicina vive de una manera distinta la pandemia. «Influye porque desde el primer día lo tomas en serio. Pero todos deberíamos hacerlo por sentido común».

«Me costó superar los miedos tras la lesión»

Tras la lesión de hombro que sufrió en León, y aunque llegó a tiempo para disputar aquella fase de ascenso en el 2018 con el Cleba, Pombal admite que le costó horrores recuperar la confianza. «La primera temporada en el Córdoba fue muy dura para mí a nivel personal. Estaba cómoda en la ciudad, el entrenador tenía confianza en mí y eso me ayudó mucho, pero volvía de la lesión y no era lo mismo», dice.

Por mucho que tuviera el alta y que a nivel físico en teoría estuviera bien «mentalmente tenía muchos miedos», admite. «Sentía que no era la misma. Pero que el entrenador me diera minutos me ayudó a coger ritmo y este año ya mucho mejor, pareciéndome a la Marta de antes de romperme el hombro», celebra.

Antes de eso, sintió durante un tiempo impotencia por ver que no era capaz de alcanzar su máximo nivel. «Te sientes mal cuando sabes el rendimiento que tenías y ves el que estás dando. Y no es porque no quieras, sino porque es complicado luchar con tu cabeza, que te dice que cuidado con ese gesto, que te vas a hacer daño», relata.

Ahora, aunque no se atreve a afirmar que haya superado «al 100 % esos temores», las cosas han cambiado. «Ya no me acuerdo del hombro», asegura. Y eso que reconoce que a la vuelta de las vacaciones de Navidad, por ejemplo, sí se resintió un poco al no trabajar el gesto del lanzamiento. «Fueron más agujetas que dolor y duró una semana. La operación ya no están en mi cabeza y eso es un adelanto. Se refleja en tu manera de jugar y en la seguridad con la que afrontas los partidos», recalca.

En lo personal, siempre ha estado muy a gusto en la ciudad, de ahí que su idea sea continuar en Córdoba la próxima temporada y vivir el que considera su segundo debut en la élite.